Mis años de niñez

Publicado el 02 mayo 2016 por Seb2pol

Resumiéndolo mucho, diré que en casa nos criamos 10 hermanos y que no siempre fue fácil. De echo, nuestra vida era muy humilde. Pero en mi caso puedo decir que fui bastante afortunado ya que gracias a mis padres pude estudiar primaria y termine la secundaria, por lo que pude recibir una educación básica, pero suficiente.

Como los demás niños, a mi y a mis hermanos nos tocaba estudiar y trabajar en casa. Si había que traer agua del río se traía, así como cualquier otra cosa que podías imaginar que se hace en una casa de campo, ya sea cuidar a los animales, ayudar a sembrar, recoger, ordeñar y cualquier trabajo que ayudase a los padres y por ende, a nosotros mismos.

La diferencia es que en mi país los niños hacen esto desde que tienen la fuerza suficiente para hacerlo, no es cuestión de gustos o jugar. Se hace por necesidad, y se entiende que la función de los niños es la de ayudar, el juego se convierte en un pequeño lujo y el tiempo para estudiar o descansar, se vuelve en algo muy escaso.

Por poner un ejemplo mi propio tío levantaba a su hijo de 6 años a las 4 de la mañana para que le ayudase a ordeñar las vacas, cosa que debía hacer durante varias horas hasta que fuese la hora de ir a la escuela. Pueden hacerse una idea de en que estado de cansancio llegaba ese niño a la escuela y de cual debía ser su esfuerzo para conseguir sacar adelante sus estudios.

Las niñas por su parte ayudaban también en cualquiera de las tareas, pero especialmente lavaban la ropa o cocinaban, al igual que se sigue haciendo hoy en día en cualquier casa de campo. Y si algún día era necesario hacer algo en casa que les ocupase mucho tiempo, ese día no se iba a la escuela.

Recuerdo que por aquel entonces era normal que los políticos acudieran a las aldeas para averiguar que niños estaban estudiando y ofrecerles mochilas y material escolar, casi siempre a cambio del voto de los padres. A otros directamente les ofrecían dinero. A día de hoy las prácticas son las mismas.

En la capital las cosas son diferentes para los niños, de alguna forma fuimos afortunados. Ya que allí las bandas empiezan a ganarse a los niños de las casas más humildes desde su más tierna infancia. Los regalos, un simple refresco, un juguete, es lo que les sirve para ir captando a los niños y añadirlos a sus bandas.

Esta es sin duda una de las razones que empuja a las madres a salir del país, ya que no ven como pueden impedir o sacar a sus hijos de un camino que les llevará a la delincuencia y a una muerte casi segura.