Mis arias favoritas (IV) - Chanson d'Hylas

Publicado el 25 mayo 2010 por Maac @Elblogdemaac
Al igual que hay papeles para recuperar viejas glorias del canto, como es el caso de la duquesa de Krakenthorp en "La fille du regiment" de Donizetti o el de Herodes y Herodías en "Salomé" de Richard Strauss, hay otros que son ideales para presentar al público lo que son todavía promesas del canto, uno de ellos, en el caso de los tenores lírico-ligeros o ligeros, es el de Hylas en "Les Troyens" de Berlioz. Este personaje tiene una única intervención en una ópera tremendamente larga, y si lo hace bien, no es fácil que pase desapercibido porque inaugura el quinto y último acto con un aria muy melodiosa, que tiene la virtud de convertir la escena en un remanso de paz. El espectador contempla la orilla del mar, con las tiendas de los Troyanos en la arena, y el puerto, con las naves troyanas. Es de noche. Hylas, un joven marinero, se balancea y canta en lo alto del mástil de una nave mientras que los guardias troyanos, al fondo, hacen guardia al pie de las tiendas. Al final el marinero termina dormido. No es que sea una canción que me haya cambiado la vida, no es tampoco un aria fundamental en la historia de la ópera, pero me gusta mucho y por eso está entre mis arias favoritas.
El encargado de cantar esta canción en la versión que de "Les Troyens" ofreció Gardiner en el Teatro del Châtelet de París con el Coro Monteverdi y la Orquesta Revolucionaria y Romántica en el año 2003 fue Topi Lehtipuu. Sin duda es la versión de referencia en DVD con una Casandra, Anna Caterina Antonacci, antológica. Lo escucharemos en un vídeo colgado en Youtube que tiene la particularidad de que enlaza el maravilloso dúo de Dido (Susan Graham) y Eneas (Gregory Kunde) que cierra el cuarto acto -que no tiene nada que envidiar al del segundo acto de Tristán e Isolda, y viceversa- con el principio del quinto. Han pasado siete años desde entonces y Lehtipuu, que parece que sabe qué es lo que debe y no debe cantar, se ha convertido en lo que se venía venir, un gran tenor.

N° 38 – Chanson d’Hylas

HYLAS

Vallon sonore,
Où dès l’aurore
Je m’en allais chantant, hélas!
Sous tes grands bois chantera-t-il encore,
Le pauvre Hylas?...
Berce mollement sur ton sein sublime,
Ô puissante mer, l’enfant de Dindyme!

Fraîche ramée,
Retraite aimée
Contre les feux du jour, hélas!
Quand rendras-tu ton ombre parfumée
Au pauvre Hylas?...
Berce mollement sur ton sein sublime,
Ô puissante mer, l’enfant de Dindyme!

Humble chaumière
Où de ma mère
Je reçus les adieux,

PREMIÈRE SENTINELLE

Il rêve à son pays...

DEUXIÈME SENTINELLE

Qu’il ne reverra pas.

HYLAS

Hélas!
Reverra-t-il ton heureuse misère,
Le pauvre Hylas?...
Berce mollement sur ton sein sublime,
Ô puissante mer, l’enfant...

(Il s’endort.)