Mis aventuras en el Parque Nacional Geres, Portugal

Por Magiaenelcamino @magiaenelcamino

Mis papás tienen muchas cosas para escribir sobre todo lo que hicimos en Portugal, pero como dicen que nunca tienen tiempo, me adelanté y decidí escribir yo. Es que hace unos días los chicos de Oporto Adventure Tours nos invitaron a hacer una excursión y conocí un lugar hermoso y no me aguantaba las ganas de contárselos!
Al principio no me gustaba la idea de tener que levantarme temprano, pero Ricardo nos pasó a buscar a las 8.45. Sí, ya sé, varios pensarán que no es tan temprano, pero para mí sí lo es porque a esa hora suelo estar soñando con aviones y trenes (y con mi mamá, claro).
Protesté un poco, me cambiaron los pañales medio dormido, me enchufaron la mamadera y salimos a la calle. Les voy a reconocer que estaba medio enojado, pero cuando me di cuenta que nos íbamos a subir a una 4×4 empecé a cambiar la cara y cuando Ricardo me sonrió, me habló en español (es que a veces me confunden tantos idiomas) y vi que había una sillita para mí, se me pasó todo. ¡Una 4×4 con sillita para bebé!
Viajamos en auto un poco más de una hora desde Oporto y llegamos al Parque Nacional Geres, en el norte de Portugal. Apenas ingresamos ya me gustó el paisaje. Había muchos árboles y un enorme lago. Antes de la caminata de la mañana, paramos al costado del lago (que en realidad era un embalse) a tomar un café. Bueno, los grandes, aunque a mi me encanta sacarles a mis papás la cucharita después de que revuelven el azúcar y chupármela. Tiene un gusto riquísimo!

Acá no estamos en el momento del café de la mañana, sino en el almuerzo. Pero es solo para que vean mi pasión por las cucharitas con café con leche (y la cara de mi papá).

Mis papás me engañaron. A mí me dijero que para llegar a la cascada había que hacer una caminata, pero era más que eso. Si a ustedes les dicen “caminata” se imaginan que van a caminar por un sendero recto o, a lo sumo, con alguna curva. Bueno, no. En este camino había varias pendientes, varias curvas y unas piedras enormes. ¡Estaba buenísimo! Decí que mis papás son dos fenómenos y con la ayuda de Ricardo me ayudaron un montón y pude llegar sin problemas. Me encantaron las cascadas! Disfruté mucho del agua y de mojarme las manos, las piernas y los pies. Tanto que decidieron que me quedara en pañales.

Me gustan estas excursiones porque conocés gente de todas partes del mundo. A mí me da risa porque todos me hablan en sus idiomas como si yo los pudiera entender. Decí que los gestos son siempre los mismos y las caras graciosas hacia los bebés no respetan nacionalidades….

Después de jugar un rato largo en el agua y de ver cómo los demás se tiraban desde las paredes por donde bajaba el agua a la laguna, nos fuimos a comer. El parque cuenta con lugares para hacer un picnic, pero nosotros nos fuimos a un restaurante para degustar la comida típica de Portugal, como sopa verde, chorizo, bacalao y pasteles de nata. Sobre esto les van a contar más mis papás en el post sobre los Sabores de Portugal, pero yo les adelanto que es muy rica.
En la sobremesa mi papá se puso a hacer magia para divertir un rato a nuestros compañeros de aventuras (no pudo con su genio) y yo anduve corriendo por todas partes mientras mi mamá no paraba de seguirme.

Esta era la vista desde la terraza del restaurante.

Esto era solo algo de lo que comimos. Como verán está empezado porque no pudimos esperar a la foto.

Cuando me sentaron otra vez en la sillita de la 4×4 me relajé y chau…. me quedé dormido! Así que me perdí la actividad de la tarde. Mi mamá se quedó conmigo en el jeep (y aprovechó para escribir en su libreta) y cuando me desperté ya tenía la mamadera lista. Una genia. Siempre calcula todo. Mi papá se fue a hacer un trekking de 45 minutos hasta otro lugar espectacular del parque. Cuando volvió, yo ya estaba despierto y merendado. Me contó que se divirtió mucho y que es un lugar hermoso. Y me mostró estas fotos:

Ya de regreso pasamos por el Mirador de Pedra Bela, de 829 metros. Había unas vistas espectaculares que no se aprecian en las fotos (es que mi mamá no está con “su” cámara), pero que disfrutamos mucho.

¡Y la foto final que me encanta!

Yo estoy ahí arriba! ¿Me ven?

Llegamos a Oporto a eso de las 8 de la noche. Pasamos un día muy agradable, divertido y con muy buena compañía. Muchas gracias a los amigos de Oporto Adventure Tour por tan linda experiencia. Si están con ganas de visitar el parque no dejen de chusmear su web para ver todas las opciones!

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