Pero hoy no expondré ninguna de estas, hoy traigo esos monstruos que solo existen en la imaginación calenturienta de Circe la hechicera o el Doctor Moreau, o en la mía utilizando el jodío programita, a disfrutar.
Todo tiene sus pegas, para el hamtlobo, es complicado encontrar ovejas de su tamaño para alimentarle.
Y que decir de el patosaurio, a ver quien se atreve a echarle miguitas de pan.
Lo mejor para el gallotón es alejar al gato del corral.
En fin, todos tenemos un triste pasado que queremos ocultar a toda costa.