Hola, amigos, ¡buenas días confinados! Espero que todos y vuestros familiares y amigos se encuentren bien y lejos del COVID 19.Con esta entrada quiero, aparte de seguir en mi interés de iros mostrando "trozos" de mis proyectos aún sin encontrar editorial y de otros que ya están en las librerías, referirme al día de San Jorge. Con ello os quiero recordar que este cuento ilustrado que os traigo hoy, mi segundo publicado, como muchos ya sabéis, es ideal para regalarlo a los más pequeños en este día tan significativo para la literatura en general y para la infantil en particular . Os aseguro que les va a gustar porque “Cosme y la trucha” ha enganchado a todo el que ha sentido curiosidad por acercarse a sus páginas. Engancha la historia, engancha la maravillosa manera que tiene de ilustrar, cargada de sentimiento, mi compañera en este trabajo, Rosa Ureña, (https://www.instagram.com/frenteyperfil/,todos los derechos reservados) y, sobre todo, engancha lo que transmite y que os lo contaba en esta otra entrada que os recomiendo releáis porque dará mucho contenido a vuestro regalo: https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com/2019/12/por-que-es-importante-cosme-y-la-trucha.html
En este bonito Día del Libro, tenía previsto, como algunos de mis seguidores de Facebook sabéis, firmar ejemplares de mis dos libros publicados en El Corte Inglés, que tan bonito estand colocó y a los que estoy muy agradecido. Una pena que no hayamos podido disfrutar del trato cercano con los que se hubiesen acercado atraídos por la literatura infantil. ¿Sabéis una cosa? Creo que en alguna ocasión os lo he comentado: lo que más me gusta, aparte de vender libros, que realmente es una satisfacción muy grande, es contar a todo aquél que se ve atraído por mis cuentos lo que esconden en su interior. Contarles cómo se fraguaron, relatarles las historia y como dimos forma “mi” ilustrador y yo al libro que en ese momento acarician y perciben ese olor embriagador a imprenta cuando lo abren. Me gusta contarles como el artista con el que comparto ese proyecto fue dando vida a sus imágenes cargadas de sensibilidad. Eso es lo que realmente me gusta cuando tengo la oportunidad de estar en ferias y Días del Libro. Y este año, por este maldito virus, hemos perdido esa oportunidad. Y por ello estoy aquí contándoos esto y relacionándolo con San Jorge.
Hoy, como os digo, os quiero traer un “trozo” de “Cosme y la trucha”. Un cuento que tiene un algo especial que hace que sea un libro para leerlo una y otra vez pues, aunque lo escribí hace unos años, me ha sorprendido a mí mismo lo actual que es.
Cosme decidió que, como estaba muy solo y nadie quería jugar con él, se iría al lago e intentaría pescar algo. Como jamás lo había hecho, trataría de imitar a los pescadores a los que más de una vez observó.Como caña serviría una rama; de sedal, una cuerda que cogió a su padre del desván; valdría como anzuelo un alfiler doblado del costurero de su madre. Como cebo, cogió miga de pan del día anterior. No olvidó, por supuesto, un buen cubo para llenarlo con la pesca.Llegó al lago. No había nadie. Perfecto, todos los peces para él, pensó. Lanzó la cuerda con el “anzuelo” sujeto en su extremo y pinchado en él una bola de masa de pan.–Se-seguro que lle-lleno la bol-bolsa de pe-pe-pescados –dijo nervioso.Pasaron un par de horas sin sentir ni un solo tirón. El cebo lo tuvo que cambiar varias veces pues, al contacto con el agua, se reblandecía y se caía. Aún así, estaba casi seguro de que algo pescaría.……………………………………….Espero que hayáis pasado un buen rato y, por unos minutos, os hayáis alejado de esta realidad incómoda y dramática que estamos viviendo. Si es así, mi aportación habitual para que este blog sea vuestro refugio queda suficientemente recompensada. Recibid todos un cariñoso abrazo y no dejéis nunca de soñar y de ser felices.José Ramón.