Decía Walt Whitman que la poesía es el instrumento por medio del cual la voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz; Gabriel Celaya, que era un arma cargada de futuro; Harold Bloom, que si la poesía no podía sanar la violencia organizada de la sociedad, al menos podía realizar la tarea de sanar al yo; y George Steiner añadía que el canto y la música son simultáneamente, la más carnal y la más espiritual de las realidades porque aúnan alma y diafragma y pueden, desde sus primeras notas, sumir al oyente en la desolación o transportarlo hasta el éxtasis, ya que la voz que canta es capaz de destruir o de curar la psique con su cadencia. Por su parte, Johann Wolfgang von Goethe afirmaba que cada día un hombre debe oír un poco de música, leer una buena poesía, contemplar un cuadro hermoso y si es posible, decir algunas palabras sensatas, a fin de que los cuidados mundanos no puedan borrar el sentido de la belleza que Dios ha implantado en el alma humana.
Retomo, pues,
con un formato diferente la serie de entradas dedicadas al tema de España en la poesía española contemporánea que tan buena acogida de los lectores tuvo hace ya unos años. Poemas de poetas contemporáneos españoles, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, que cantaron a su patria común, España, desde el corazón y la añoranza. Poemas a los que acompaño con algunas de las más bellas arias y duetos de la historia de la ópera y de los desnudos más hermosos de la pintura universal. Subo hoy al blog a la poetisa Ängela Figuera y su poema Canto rabioso de amor a España en su belleza, al pintor Tiziano Vecelli y su cuadro Amor sacro y profano, y al compositor Giaochino Rossini y su dueto Dunque io son, de la ópera Il barbieri di Siviglia, que pueden ver desde este enlace o en el vídeo de más abajo, cantado por la soprano Teresa Berganza y el tenor Hermann Pray.***
Con los ojos cerrados,
con los puños cerrados, con la bocacerrada, España, canto tu belleza.Y con la pluma ardiendo y con la plumaloca de amor rabioso canto y firmo.Belleza sobre ti y en tus entrañasde miel y de granito, y en tu cielo,y en tus encadenadas cordillerasy en tus encadenados hombres, canto.De siglo en siglo en olas y torrentesde barro ibero, en sucesivas olasde tierras y metales agregados,de frutos madurados poco a pocobajo tu fiero sol, me vienes,madre.Me viene tu belleza tierna y dura,tu corazón rodando enamoradohasta embestirme, hasta llenarme toda,hasta romperme el miedo y la corteza.De siglo en siglo con tus ríos dulces,puertos alegres, míticas ciudades, piedras labradas, torreones, claustros,palacios, catedrales y conventos,pueblos de tierra, cementerios míseros,huertos, jardines, pa tios y zaguanes,Cristos sangrientos, sonrosadas Vírgenes,lanzas y escudos, cálices y códices;de siglo en siglo con cincel y gubia,
con mística y ascética y pinceles,
con el arado, el yunque y el martillo,
la pluma y los telares, me has llegado.
De sueño en sueño con palmeras y agua,
con limoneros, nardos y arrayanes,
vino y almendra, música y aceite;
de mar a mar, al remo y a la vela,
con sal y caracolas, con pescados,
playas doradas, ásperos cantiles;
de tiera en tierra, con praderas húmedas,
sierras nevadas, florecidos valles,
pardas llanuras, parameras ásperas,
cierzos helados, delicadas brisas
oliendo a los tomillos de tu aliento,
de siglo en siglo me has llegado, España.
Tú me has parido y hecho y traspasado
de dicha y dolor hasta los huesoscon tu belleza que se clava y ciñe
como un silicio rojo en mi cintura
y hace subir mi sangre a borbotones
entre garganta y verso para ahogarme
de amor rabioso,de vergüenza sorda,
de amor, de amor, de amor, de amor rabioso.
Porque eres bella España y agonizas
bajo mis pies, herida en tus cimientos.Porque te veo andando entre zarzales
por todos los caminos rezagada
con una cruz al cuello y otra al hombro,
durmiendo en las cunetas de la gloria
para soñar perdidas carabelas
con ojos anegados de ceniza.
Porque te veo escuálida y desnuda,
comiendo el pan moreno de tu vientre,
bebiéndote el gazpacho de tu sangre,
desposeída de oros y de espadas,
borracha en copas, vapuleadas en bastos,
por todos malcomprada y mal vendida,
pordioseando impúdica en la puerta
de la opulenta Catedral del Mundo.
Porque te veo presa entre cadenas,
viuda, asesina y mártir de tus hijos,
a mil años y un día condenada.
Porque eres bella, España, y te me mueres,
porque eres mía, España, y no te absuelvodel mal de España, canto tu belleza
y fecho y firmo a corazón parado,
boca cerrada y apretados puños,
clavándome la lengua entre los dientes,
porque no quiero blasfemar tu nombre.
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)