Mis películas imprescindibles de los años 80 (2)

Publicado el 27 febrero 2018 por Carlosgu82

Rescatando mis recuerdos de infancia me traslado a la fantástica década de los ochenta. Años cinematográficos llenos de películas increíbles que hicieron soñar a muchos. Algunos de esos niños, niñas y adolescentes son hoy en día guionistas y directores de cine que tal vez por nostalgia hayan decidido rescatar las ideas de aquellos años a través de remakes de peliculas o series. La industria ha aprovechado el tirón de la nostalgia y por ello da el visto bueno a estos proyectos, esperando que los que fuimos un día soñadores, volvamos a revivir las mismas sensaciones, previo paso por taquilla, por supuesto. Aquí va la segunda lista de mis películas imprescindibles de los años 80.

E.T. el extraterrestre de Steven Spielberg (1982)

Steven Spielberg ha logrado deslumbrar con sus películas a lo largo de toda su carrera. Algunas veces lo ha hecho con películas dirigidas a un público más juvenil y otras veces a uno más adulto. Su filmografía está llena de hitos del cine comercial y es difícil destacar unas sobre otras. Tal vez E.T. marcara un punto de inflexión en su cine y eso que antes ya había firmado algunos títulos memorables. Pero en lo que respecta al cine para todos los públicos, la historia de un extraterrestre que se hace amigo de un niño con el que vivirá multitud de aventuras, alguna de ellas muy peligrosa, hizo que millones de niños y niñas de todo el mundo fueran al cine. Una historia con un final triste, con la emotiva despedida de los dos protagonistas, y que nos hizo llorar a todos. Pero eso no fue un impedimento para que no quisiéramos verla otra vez. La primera vez que vi E.T. lo hice en televisión. Disfruté como lo que era, un enano, y a pesar de saber lo que iba a pasar en cada momento, no podía dejar de hacerlo. Era como ver el final de Verano Azul (serie española muy popular durante aquellos años) cuando moría Chanquete, solo que aquí llorabas porque el amorfo extraterrestre se tenía que marchar. Es muy extraño pensar que una película como aquella resultara una de las películas más taquilleras de la historia del cine, sobre todo viéndola hoy, con sus efectos especiales y con esa forma con la que crearon a aquel ser tan entrañable como grotesco. Poco nos importaba si la historia era buena, y esta lo era.

Los Gremlins de Joe Dante (1984)

En los años ochenta se podía hacer una larga lista de películas con la que formar un vídeo club. Daba igual que esas películas hubieran sido o no éxito de taquilla en el cine. Cuando llegaban al vídeo club todos querían verla. Los Gremlins se estrenó en 1984, siendo un éxito en la taquilla, y cuando llegó a los vídeo clubs lo seguía siendo. Como ya dije en el primer capítulo de esta serie, fue en el año 1989 cuando llegó a mi casa el vídeo y el consiguiente paso por el vídeo club. Cinco años después de haberse estrenado en el cine, Los Gremlins seguían siendo una apuesta segura para los propietarios del negocio. Los años ochenta fueron una década de fantasía en muchos aspectos y películas como esta son una muestra. No sé cuántas veces llegué a verla. Me encantaba (y me sigue encantando). ¡Quién me iba a decir que la idea de la película estaba parcialmente basada en un relato de Roald Dahl! (ahí es nada). Los Gremlins demostraron que los efectos especiales de la época pueden competir con la era digital actual. Era una película terrorífica pero muy divertida. Hoy, después de más de treinta años de su estreno, y con la fiebre nostálgica de la que hablaba al principio, planean hacer una tercera parte de la historia, siguiendo las reglas de los ochenta: nada de efectos especiales digitales, se hara de manera “artesanal”. Estoy contando los días para su estreno, y eso que ni siquiera se sabe cuando se empezará a rodar.

Rambo, Acorralado de Ted Kotcheff (1982)

Lo que hacen las traducciones de títulos de película. En España la primera entrega de la larga saga Rambo se llamó Acorralado. Su título original era First Blood, que era el título de la novela en la que estaba basada. En España todos conocían esta película por Acorralado. En mi caso también era así, pero estaba muy confuso. Cuando años después empezaron a salir las sucesivas secuelas, yo, con mi ingenuidad infantil, no entendía muy bien lo que pasaba. Me costó darme cuenta que el personaje de Acorralado era el mismo que el de las películas de Rambo. Llegué a pensar que aquellas películas de Rambo eran anteriores a Acorralado, ya que eran historias que transcurrían en algunas guerras, de donde venía John Rambo en Acorralado. De todas formas ya da igual. La película fue también parte de la cultura de vídeo club. Cayó en mis manos y como solía pasar, la vi unas cuantas veces antes de devolverla. Es increíble que a un niño le pudiera gustar una historia como aquella, pero no creo que fuera el único. Yo iba con Rambo. No me gustaba lo que le hacían en aquella pequeña ciudad en donde el jefe de policía lo “invitaba” a seguir el camino sin detenerse allí. Era violenta, pero tenía su mensaje, la de los soldados que habían combatido en Vietnam y se sentían perdidos en la sociedad americana. He de reconocer que el resto de la saga no me gustó tanto como aquella película inicial. Y creo además que es una de las historias más infravaloradas del cine. A lo mejor si la hubiera dirigido un director como Michael Cimino, y si el protagonista hubiera sido otro, tal vez Robert de Niro, la película hubiera sido más alabada por la crítica. Pero ahí está. Una de las mejores películas de los ochenta.

(La saga de) Loca academia de policía de Hugh Wilson (1984)

Para cuando entré por primera vez en un vídeo club la mayor parte de la saga de Loca academia de policía ya estaba en vídeo. Imagina ver en el expositor de tu vídeo club un buen puñao de películas con el curioso título de Loca academia de policía. Pese a que su calidad artística es cuestionable, las películas de estos policías chiflados eran desternillantes. Empezando por la primera entrega (aunque en mi opinión la segunda parte es la mejor de toda la saga). Con el paso de las sucesivas partes empezaron a decaer, incluso para los ojos de un niño. Pero aún así me parecían muy divertidas. Su paso por los vídeo clubs lograron darles un estatus diferente. Un producto menor para los que más saben del cine, pero muy apetecible para el público más juvenil. Con algunas escenas políticamente incorrectas, no muy adecuadas para el espectador infantil, no había quien se resistiera a los efectos sonoros de Jones, a las bromas que Mahoney hacía al Teniente Harris, o a aquella mítica escena en el bar la Ostra Azul. Todo era muy previsible pero muy divertido. Que luego hicieran una serie de televisión y otra de animación nos da pistas sobre su trascendencia. Una de las sagas más vídeo cluberas de la historia.

Bitelchús de Tim Burton (1988)

Un año antes de que estrenara Batman, Tim Burton había estrenado otra película memorable que desarrollaba todo su universo creativo. Bitelchús fue una de esas películas que coges en el vídeo club sin saber por qué. Ya mencioné que cuando vi Batman en el cine no sabía quien era Burton. Y cuando escogí Bitelchús en el vídeo club tampoco lo sabía. Esta película desarrolla una idea fantástica llena de terror y humor, con unos efectos especiales alucinantes, y que hacía sentir miedo y que te desternillaras de risa, según la escena que estuvieras viendo. La historia es increíble. Un matrimonio muere en un absurdo accidente de coche quedando eternamente como fantasmas en su propia casa. Cuando los nuevos inquilinos llegan, intentan por todos los medios expulsarlos de su hogar, y como no lo consiguen deciden “contratar” a un muerto, como ellos, que se dedica a asustar a los vivos. Pero el tal Bitelchús es un tipo bastante guarro y muy políticamente incorrecto, y también muy terrorífico y divertido: “He visto el Exorcista 167 veces y cada vez que la veo la encuentro más graciosa”. Solo por esta escena merece la pena verla una y otra vez:

Continuará…

Mis películas imprescindibles de los años 80 (1):

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