Hace unos días, mi amiga Marisa G. (Thermofan), publicó un post precioso y bien documentado como bien sabe hacerlo ella. Dedicado a las flores y especialmente a la flor del olivo. Si pasáis por su blog vais a disfrutar, puedo asegurarlo. Es un post muy hermoso.
No puedo decir que precisamente yo no haya visto olivos en mi vida, todo lo contrario, he visto muchos pero jamás me había fijado en su flor. Esto me hizo pensar y reflexionar. Cuántas veces nos quedamos en la superficie de las cosas y no paramos a mirar detenidamente y a observar; con una rápida mirada queremos alcanzarlo todo, perdiéndonos todo lo más bello que pasa ante nosotros.
Sinceramente, pienso que esta pandemia no nos ha traído nada bueno, sin embargo, me ha hecho parar para disfrutar de otras cosas, de grandes cosas que muchas veces han pasado desapercibidas. Donde vivo en Sevilla, tengo la suerte de poder pasear por calles llenas de pequeños jardincitos cuidados por los propios vecinos, llenos de flores y naranjos. Lucen preciosos en primavera. También puedo pasear cada mañana por un hermoso parque oliendo la hierba fresca... Ahora, procuro hacerlo con menos prisas y disfrutando del paseo. Dedicando parte de mi tiempo a sentir aromas que en otro momento ni los notaba.
Todo a su "tiempo" pues hay "tiempo" para todo. Ya os conté que al principio del confinamiento, saqué todas las telas y labores que tenía guardadas esperando a que les llegase su turno, y sobre todo, necesitaba "tiempo" para hacerlas. Siempre la misma cantinela, "tiempo" para... En aquellos días, me sobraba el "tiempo" y las horas tenía que llenarlas haciendo mil cosas, para entretenerme y pensar menos. Así, retomé mi costura que había dejado un poco olvidada por falta de "tiempo".
Os he enseñado muchas cositas que he hecho y hoy os traigo uno de los vestidos. Esta vez, lo he hecho para mí. Encontré esta tela de hilo bordada, muy fresca para el verano y no dudé, era perfecta para un vestido largo de tirantas con aberturas laterales.
Mil gracias por dedicarme un ratito de vuestro tiempo, lo único que quiero y deseo, es "que no te falte un perejil".
Terminado el vestido, me di cuenta de que faltaban los complementos. Las que me conocéis, sabéis que me encanta hacer mi propia bisutería. No lo dudé, manos a la obra e ideé este collar y pulsera.
Estoy encantada con el resultado, sin embargo, lo que más ilusión me hace es poder salir a la calle sin miedos para llevarlos con más alegría. Ojalá llegue muy pronto ese momento. Eso significaría e final de muchos desvelos y de esta maldita pesadilla.