¿No entendés porqué te gusta pero no podés dejar de mirarlo? ¿Va en contra de todo lo que pensás pero igual no cambiás el canal? ¿Sabés que es malísimo pero aún así es más fuerte que vos? Si contestaste sí a todas las preguntas entonces sos víctima de un placer culposo.
Da vergüenza admitirlo, pero todos padecimos alguna vez de un placer culposo. Todos tuvimos (o tenemos) una película o serie favorita que no podemos admitir que nos encanta frente a nuestros amigos porque seguro que se reirían de nosotros.
Para que no te sientas solo en tu culpa, te acompañamos con algunos de los nuestros.
Cuando comenzó Sex and the City, allá por el año 1998, conocimos a cuatro mejores amigas: Carrie (Sarah Jessica Parker), Charlotte (Kristin Davis), Miranda (Cynthia Nixon) y Samantha (Kim Cattrall), todas mujeres bellas e independientes que hacían las cosas a su manera.
Pero lo que empezó como una serie dedicada a las relaciones humanas y a las complejidades del amor, se fue convirtiendo en un desfile de fiestas lujosas y ropas de diseñadores exclusivos. Con el pasar de las temporadas la serie se traicionó a sí misma y terminó siendo algo completamente distinto a lo que planteaba en su comienzo.
Así y todo nunca dejamos de amarla: no había nada más placentero que meterse en el mundo de Sex and the City y compartir con estas mujeres exitosas sus atormentadas vidas amorosas. Y soñar con que alguna vez, pudiéramos ponernos sus zapatos Manolo Blahnik.
Basada en las muchas novelas para adolescentes de Sara Shepard, Pretty Little Liars arrancó en el año 2010 y enseguida fue un éxito. La historia gira en torno a cuatro amigas (Hanna, Aria, Emily y Spencer) que empiezan a recibir mensajes amenazantes de un tal "A" luego de la sospechosa muerte de la líder del grupo, Alison. Deciden entonces investigar qué es lo que realmente pasó con su amiga para descubrir también quién las atormenta.
Pretty Little Liars está llena de secretos y es exactamente por eso que la amamos. Las actuaciones son horribles, es súper exagerada y al momento de crear ambientes de suspenso y tensión (que ocurren por miles) no la pegan, pero la verdad es que no podemos dejar de verla.
Así que si quieren sentirse bien culpables y conocer un pequeño pueblo lleno de personajes misteriosos y tramas ocultas, pueden disfrutar en secreto las primeras cinco temporadas que ya están disponibles en Netflix.
America's Next Top Model comenzó en el año 2003 y su meta era clara: encontrar a la próxima modelo top de América. Para ello, convivían en una mansión a unas cuantas chicas que competirían descarnadamente entre ellas en montones de sesiones de fotos y desfiles para llegar a ser las elegidas.
El show lleva 22 temporadas al aire y ha sufrido varias desviaciones para no quedarse en el camino (hombres contra mujeres, chicas universitarias, etc), pero en sus principios era realmente fantástico escuchar a Tyra Banks decirle a nuestras concursantes favoritas: "You're still in the running towards becoming America's Next Top Model" ("Sigues compitiendo para convertirte en la Próxima Modelo Top de América").
Los reality shows son los placeres culposos por excelencia. Sus contenidos básicos y sus falsas situaciones dramáticas son las que verdaderamente nos atrapan en sus redes y no nos permiten dejar de verlos.
Storage Wars, estrenado en el año 2010 por A&E, sigue a una pareja que subasta los contenidos de los depósitos de almacenamiento abandonados a un grupo de "compradores profesionales". Las falsas peleas entre éstos por obtener los botines secretos son realmente divertidas y dignas de ver. Pero lo más placentero del reality, sin duda tiene que ver con los hallazgos: cuando uno de los compradores encuentra una caja misteriosa, el suspenso y la tensión que se producen son fantásticos y lo único que queremos es que finalmente encuentren el tesoro que allí se oculta.
Algunos dirán que Gilmore Girls es una gran serie y se preguntarán qué cuernos hace en esta lista. Pero la verdad es que tiene demasiadas características de Placer Culposo como para no serlo.
Lorelai y Rory no sólo son madre e hija sino que también son mejores amigas y viven en un pintoresco pueblo chico donde todos (absolutamente todos) las adoran. Cada vez que ellas necesitan dinero para pagar la secundaria o la facultad de Rory, aparecen los abuelos para solucionarles los problemas. Y cuando no están ellos, se encarga el padre de Rory, que al principio estaba quebrado pero enseguida se hace millonario por una herencia. Rory es demasiado inteligente y todo lo hace bien; Lorelai es divina y todos se enamoran de ella. ¿No es un poquito mucho?
La perfección de la relación entre madre e hija, los problemas que siempre terminan bien y los finales felices, hacen que nos cueste decir abiertamente que vemos Gilmore Girls. Pero no por eso dejaremos de verla, aunque sea a escondidas.
La verdad es que todos tenemos Placeres Culposos porque son divertidos y fáciles de ver. Además, aunque sea por un rato, nos rescatan de las duras realidades que vivimos y nos reconcilian con el mundo. Por todo esto, jamás dejaremos de disfrutarlos.