Mis preferidos de Biocultura Barcelona 2016

Por Yve Ramírez @ecocosmopolita

Las primeras veces que fui a Biocultura no podía creer la cantidad de productos y proyectos, para mí totalmente novedosos, que ahí se reunían. Infinidad de cosas que entonces era tan difícil de encontrar en comercios de barrio, degustaciones infinitas, servicios insólitos, formación y productos de toda clase, que ni me imaginaba que existían. Ahora que ya he perdido la cuenta de cuántos años llevo yendo a la feria (y también me he hecho más selectiva y escéptica), me sorprende el crecimiento que ha tenido desde mis primeras visitas. Tal como dijo su Directora, Ángeles Parra, en Biocultura Barcelona 2016 sólo les faltó subirse a las gradas: no dejaron un sólo espacio libre en el Palau Sant Jordi, ni dentro, ni fuera del recinto. Por cierto, por eso reclaman más apoyo de las administraciones, para que les abran de una vez las puertas de la Fira de Barcelona, porque está claro que cada vez somos más los que buscamos otras opciones de consumo y, simplemente, ¡ya no cabemos!

La agenda de actividades era abrumadora, más de 400. Yo me conformé con pasar un rato por el taller cambio climático y consumo de , impartido por nuestro compañero Toni Ribas, porque tenía muchas ganas de recorrerme la feria de punta a punta, pero el tiempo justo para hacerlo. Me reservé las horas que tenía disponibles para visitar los stands y buscar sorpresas, que afortunadamente siempre quedan. ¿Me acompañas a hacer un tour por la feria, tal como lo hicimos en Biocultura 2015?

  1. Comencé, como el año pasado, por el stand de VSF Justicia Alimentaria Global, que este año nos recordaba -con su campaña Mentira Podrida- que la publicidad puede ser muy pero muy engañosa: ojo con términos como casero, natural, artesano, enriquecido, 0% o sano, entre muchos otros. Cada uno de estos temas daría para un post propio, pero de momento puedes pasar a visitar la página de la campaña y ver este vídeo:

  2. Algo que tenía claro, era que quería visitar el stand de los productores de un lápiz muy curioso, que ya conocía gracias a las redes sociales y del que había recibido una muestra de regalo. Hablo de Lápiz de vida, un lapicero que, cuando se agota, puedes plantar en un tiesto de tierra para obtener una planta. Un detallito lindo para un regalo, que puede ayudar, nunca mejor dicho, a "sembrar consciencia". Me encanta porque además sus semillas suenan al agitarlo como si de una mini-maraquita se tratara. De momento, vamos escribiendo... ya te contaré cuando le llegue la hora de renacer.

  3. Me fijé en ellos porque recibieron el premio Corazón Bio de Biocultura Barcelona 2016. Se trata de una editorial especializada en Agricultura Ecológica -en lo que parece que son maestros-, pero como yo de agricultora tengo poco (me cuesta entenderme hasta con las plantitas de mi mini balcón), me fijé sobre todo en los libros infantiles. Tienen una pequeña colección muy linda y cuidada, merecedora de estar completa en mi selección de libros sobre medio ambiente para niños (¿igual ya toca hacer una segunda selección?). El que más me gustó fue, sin dudas, El viaje de Perú.

  4. En uno de mis últimos posts, Menstruación, ecología, copas menstruales y otros tabúes, hablé entre otras cosas de algunas opciones de higiene femenina distintas a las compresas y tampones desechables de toda la vida. En concreto, de los tampones y compresas desechables ecológicos, de la copa menstrual y de las compresas lavables, mi última incorporación. Pues si estás pensando aún dar el salto a la copa, que sepas que si compras una copa menstrual Mimacup (de silicona médica), un euro del precio estará destinado a una buena causa. Se plantean como objetivo alcanzar un monto para algún proyecto social y, al completar la cantidad, escogen una nueva. Puedes ver la información completa en su web. Un euro no será mucha cosa pero, ya sabes, todo suma.

  5. Después de dar un giro por la zona de alimentación, de donde destaco el tofu con albahaca de Taifun (ideal para una "comida rápida" y de-li-cio-so), probar infinidad de bebidas con coco (el coco is the new black al parecer) y otras delicias, me fui a comer con una amiga un buen plato combinado vegetariano (con una especie de estofado de seitán que estaba de muerte) en el stand del Restaurant Vegetalia. He comido dos o tres veces en el restaurante y siempre es un acierto. A las peques de casa les encanta. Difícil escoger, porque también tenía muchas ganas de conocer a Petit Brot y a Blue Project, ambos raw o crudiveganos. ¡Me tocará visitarlos en sus locales habituales!

  6. La oferta de cosmética ecológica en Biocultura ahora es tan grande que se hace difícil destacar a alguna, pero hoy os voy a hablar de una casa que me gustó mucho pero muchísimo. Se trata de Maria Davik, la marca de Contxita Montecino, a quien tuve el gusto de conocer (y no hay nada mejor para ver el alma de una empresa que conocer a quien la tira adelante). Un proyecto joven de cosmética ecológica, con una linda presentación y muy cuidados ingredientes. Mi favorito fue el serum facial, con ácido hialurónico, y extractos de algas mediterráneas, rosa canina, fucus, azahar y semillas de algarrobo... Perfecto para el verano y precios muy solidarios. ¡Y tienen tienda online!

El planeta de la moda sostenible

Mención aparte merece Planeta Moda , que más que una zona de la Feria es un "estado mental", una filosofía de vida y ahora también una plataforma que continuará trabajando el resto del año por la moda sostenible. La lanzaron en el 2015 y para Biocultura Barcelona 2016 la agenda de actividades era nutridísima, pero lamentablemente no pude organizarme para asistir a ninguna. En todo caso, recorrer los stands de moda sostenible fue un gustazo. Me pasé por Asociación Moda Sostenible (con cositas lindas de todos sus socios), Strambotica y Bichoviejo (ambos con camisetas con sellos inconfundibles), Moda en Positivo (Beatriz Valdivia, la creadora de la tienda, dirige la paltaforma Planeta Moda), Organic Cotton Colours (con sus piezas básicas de algodón sostenible en todos los sentidos y sus tejidos sutilmente llenos de matices) y así tantos proyectos hermosos que nos demuestran que hay otra forma de producir, siempre que haya otra forma de consumir que la respalde.
Destaco, sin embargo, 5 proyectos que me hicieron sonar especialmente las campanas (y dejo para el final mi favorito absoluto):

  1. Fui corriendo a conocer personalmente a Maripuri, la creadora de unas súper compresas de tela lavables de las que ya te hablé en este post (si no lo has leído, ¿a qué esperas?). Qué gusto ver en persona toda la infinidad de estampados preciosos de sus compresas y salvaslips reutilizables, y de su línea de ropa interior, todo de algodón ecológico. Pura coquetería íntima. Te dejo algunas fotos.

  2. Moda ecológica para los niños de casa, agradezco que mis niñas tengan el armario más que servido porque si no hubiera ido muy difícil salir sin carga de la visita. Colores alegres y diseños divertidos, que dan para mucho y que tienen muchas formas de ser utilizadas, como la linda pieza de la imagen anterior, que es al mismo tiempo falda, camiseta o vestido. ¡Adorable!

  3. Es un proyecto que huele a tradición, que apuesta claramente por la proximidad y también por la completa trazabilidad de sus productos. Algodón producido en Andalucía por la Cooperativa Las Marismas, hilado, tejido, diseñado y confeccionado por Cotó Roig. Piezas sencllas y versátiles, en colores crudos, de esas que dan gusto tocar. Yo me quedo con este vestido sencillo en color crudo de la foto de la próxima galeria.

  4. Es la marca perfecta para invertir en un buen fondo de armario. Diseños lindos pero básicos, fáciles de combinar, atemporales y diseñados en primera persona por Nuria Ballana -que es un encanto- su tienda-taller de Barcelona, y confeccionados de momento en dos talleres: uno en Barcelona, que forma parte de un programa de integración para mujeres en riesgo de exclusión social y otro en Mataró, que es una cooperativa en la que las propias trabajadoras son propietarias de toda la maquinaria.

  5. Enamorada perdida del vestido de la foto de abajo (y 3 o 4 más, un par de camisetas, y para de contar...). Después de doce años en el negocio de la moda, viajando a conocer sus proveedores, tropezándose con alguna realidad que no entraba en sus ideales e incorporando cambios, ahora tienen su primera línea elaborada con tejidos algodón orgánico y de comercio justo. Actualmente producen en la India y viajan un par de veces al año para controlar toda la cadena de producción. Estampados únicos -obra de Pablo, que es diseñador gráfico-, y diseños con un fresco estilo Vintage, obra de Meeta. Mis preferido, sin duda de, toda la feria.

Y bueno, hasta aquí llega mi tour por Biocultura Barcelona 2016. Muy agradecida a los organizadores que llevan años tirando adelante esta feria, a Cristina que cuida tanto a los medios -incluidos los pequeñitos como La Ecocosmopolita - y, desde luego, a todos los expositores que están ahí porque han apostado de forma clara por un trabajo honesto, sostenible y comprometido con este planeta hermoso que habitamos. Pero antes de despedirnos, cuéntame, que me muero de curiosidad... ¡¿qué has descubierto tú en Biocultura?!

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