1. Las modas: Estoy un poco harta de todo eso. Cuando en el 2008 descubrí un libro juvenil recientemente popular en mi país (aka Crepúsculo) no imaginaba que iba a terminar en este tipo de oleadas de géneros que ahora mismo nos azotan. Aquí, en este lado de Suramérica las novedades nos llegan muy tarde o simplemente no nos llegan. Y lo que escasamente hay en las librerías es eso: los libros de moda, clónicos, tópicos que así sean malos (pero nadie lo crea aún) se venden como churros, y que ya no me llaman ni me sorprenden nada.
2. Típico - tópico - túpico: Últimamente he visto que se le da mucha más atención que si un libro engancha de mala manera a que esté realmente bien escrito o esté plagado de una horda asesina de tópicos. Siento que ya no hay novedad, que falta muchísima originalidad y creatividad. Será que los autores que traen al español son los más "mainstream" son y los que más han vendido en otros países y quieren que se repita el bombazo en el resto del mundo. A pesar de que al parecer estamos superando a las protagonistas débiles e insulsas necesitadas de novio, estamos pasando a comparar todo libro distópico con Los Juegos del hambre y a su protagonista con Katniss.
Pero llegó un momento en que abrí los ojos: dejé de engordar mi wishlist con las portadas más lindas y con los libros que saldrán el mes que sigue. Me cansé de ver que la mayoría de los libros que leía me dejaban una sensación hueca y no me hacía sentir nada. En la bloggosfera hay gente genial que lee de todo y siempre encuentro una buena recomendación. Sé que puedo parecer injusta o prejuiciosa lo siento, no me molesta ser una oveja negra por estos lares. Libros juveniles buenos los habrá, pero muy pocos. Pero como pienso, lo digo y lo repito:
"Ya no me identifico tan fácil con los protagonistas de 16 años y sus aventuras. Leeré juvenil pero más selecto y escogido. La literatura juvenil ha pasado un poco para mí"