Miscelánea Literaria: H.P. Lovecraft, una de terror

Publicado el 11 noviembre 2011 por Ruta42 @ruta42
Lovecraft.
Aunque Halloween fue hace más de una semana, el terror nunca pasa de moda. En cualquiera de sus facetas: cinematográfica, literaria... Hay quien incluso en Carnaval elige disfraces algo más siniestros que la mayoría.
Hablemos hoy, pues, de Howard Phillips Lovecraft.
Vida
Nace en Providence (EE.UU.) en 1890 en el seno de una familia acomodada y siendo el único hijo de sus progenitores. De pequeño ya le gustaban esos ambientes tan característicos de su prosa: rincones lúgubres, parajes siniestros y recónditos. Había recibido una educación exquisita, de manos de su madre, sus tías y su abuelo materno, tras la muerte de su padre. El fomento a la lectura le vino de esa única figura masculina de su infancia, quien le abrió las puertas de su enorme biblioteca, donde descubrió el paganismo grecorromano. A la joven edad de cinco años se declaró ateo, y permaneció en esta creencia el resto de su vida.
Su educación durante la adolescencia fue más autodidacta que otra cosa, debido a sus ausencias escolares, por cabezonería y por problemas de salud. Después de algunos intentos, abandonó definitivamente los estudios.
El abuelo también fallece, y esto afecta de sobremanera a un joven Lovecraft de 14 años. Años después se queda solo en el mundo, al perder también a su madre, y la riqueza familiar, lo que le impele a trabajar con encargos escritos, en lugar de una dedicación plena y bohemia a la literatura.
Obra
Se centraba principalmente en una serie de temas, a saber: el conocimiento prohibido, la existencia de lo imposible y de escapar de ello y del destino; la civilización amenazada (en relación con lo anterior) y la desigualdad (algo heredado de su posición elevada en la escala social, al menos durante sus dos primeras décadas de vida); la misoginia reflejada en unos personajes femeninos nada agradables; y la ciencia. 
 Ilustración de Cthulhu extraída de http://imperiofutura.blogspot.com
Los mitos de Cthulhu
Atribuidos al autor estadounidense y con una posterior vida gracias a siguientes generaciones, estos mitos han creado monstruos e invenciones que han tenido una enorme aceptación popular: el Necronomicón (el libro de los muertos), Cthulhu (un primigenio alienígena encerrado en las profundidades marinas) o los profundos (hombres que viven el mismo hábitat que el anterior).
La influencia de estos ha alcanzado a los juegos de rol, cartas coleccionables e incluso el ámbito musical: algunos grupos como Metallica han basado temas en estas obras. Se comprueba de esta manera cómo se retroalimenta la cultura entre sí misma, sin importar de qué tipo sea.
La existencia del propio Lovecraft, su obra y vida (que hay que entender en conjunto y no por separado) ha servido para esto mismo, de forma que más de un siglo después de su nacimiento, su espíritu literario, impulsado por la inmortalidad que genera la fama, continúa en este mundo. 
Artículo de Maje M.S.