Shuafat es un barrio pobre situado dentro de las fronteras de Jerusalén, pero fuera de la barrera de seguridad que, en la última década, ha reducido en gran medida la capacidad de los terroristas para atacar a Israel. La pobreza de Shuafat deriva en parte del hecho de estar fuera de la jurisdicción, tanto del gobierno israelí como de la Autoridad Palestina y,por otra parte , del hecho de estar administrado por las Naciones Unidas, cuyo objetivo es perpetuar el sufrimiento de sus residentes palestinos.
Jonathan Tobin escribe:
La gente vive en Shuafat y cualquier otro campo de refugiados palestinos porque el mundo árabe y sus líderes y organizaciones los han mantenido allí durante 68 años. En los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial,. . . las Naciones Unidas establecieron dos agencias de refugiados diferentes: una -la UNRWA- que estaba dedicada exclusivamente a los palestinos, y otra, ACNUR, para los millones del resto de refugiados en el mundo. Esta última ha sido un éxito en el cuidado y la búsqueda de nuevos hogares para sus cargos. La UNRWA mantuvo a los palestinos en los campos, y las naciones árabes y los grupos palestinos se han asegurado que este sigue siendo su destino hasta el día de hoy. El único propósito de mantener a los refugiados y a sus descendientes -que cuentan ya con millones- en el lugar es para usarlos como arma contra Israel. Se sientan en campos como Shuafat y se les dice que algún día van a regresar a sus antiguos lugares de residencia para que Israel deje de ser un estado judío.
Que los campos se han convertido en barriadas terribles es una consecuencia de la negativa del organismo mundial, y el mundo árabe, para contemplar cualquier solución que no sea el llamado “derecho de retorno”, lo que significaría la destrucción de Israel. Que no sólo es que sean muy pobres, sino que ademas son focos de extremismo y terrorismo anti-israelí, lo cual no es sorprendente. En el caso de Shuafat, la difícil situación de los residentes se ve agravada por la guerra terrorista de desgaste lanzada por Yasir Arafat, lo que obligó a Israel para erigir una barrera que tuvo éxito en detener los ataques suicidas. . . .
Israel puede ser acusado de falta simpatía por los refugiados, pero le falta el poder para mejorar las condiciones en Shuafat o en otros campamentos de la Ribera Occidental, y mucho menos en Gaza sometida por Hamas. La responsabilidad corresponde exclusivamente al UNRWA y a la dirección palestina, los cuales permanecen decididos a continuar con las mismas políticas cínicas. . . . Cuando los medios de comunicación sesgados ignoran este hecho, los grandes perdedores son los refugiados.
Fuente: Mosaicmagazine y NewYorktimes (Articulo completo de Jonathan Tobin)