Avda. Benito Pérez Armas de Santa Cruz
Estas últimas semanas que andamos todos consternados por las catástrofes de Japón, la guerra de Libia o las demás revueltas árabes parece que se nos olvida mirar lo que tenemos más cerca y lo cierto es que aquí también hay miseria y pobreza. Mendigos tirados en las calles de Santa Cruz o durmiendo la borrachera en un banco y que no vemos (o no queremos ver) porque ya forman parte del paisaje.
Tengo que reconocer que yo era la primera que no era del todo consciente de cómo estaban las cosas; pero ahora que, pese a mi formación, me he tendido que poner detrás de un mostrador para ganar algo de dinero, veo diariamente a estos desgraciados contando cada céntimo que han mendigado para ver si les llega para un pan o con suerte para un dulce y eso me impacta.
Me cabreo cuando el chulo de turno aparca su BMW en doble fila delante de la tienda y saca un fajo de billetes de la cartera, donde lo más pequeño que tiene son 20 euros para que yo le cobre 35 céntimos de un pan.
Nunca me he considerado racista, pero me repatean algunas venezolanas, cubanas, colombianas… que aquí van de señoronas, cuando en sus países no tienen donde caerse muertas. Por supuesto que no se puede generalizar, porque también hay muy buena gente de fuera que se gana la vida de la mejor manera y “canchanchanes” canarios los hay a diestro y siniestro. Si no, no hay más que ver a los políticos locales y regionales que se llenan la boca presumiendo de los bien que lo están haciendo y son incapaces de ver la realidad.
Señores, ¡que no!, que la cosa no va bien y cada vez somos más los que nos sentimos estafados y hartos de esta situación.