Miss Sushi es una cadena de restaurantes especializado en cocina japonesa con unos inicios en Valencia y que ahora ya está presente en varias ciudades de España. En Barcelona lo conoceréis si habéis ido al patio del Centro Comercial de la Illa y no hace mucho abrieron un local en la calle Aribau.
Si algo llama la atención de este restaurante es su estética nada convencional: colores chillones, predominando el rosa fucsia, butacas de diferentes estilos, luces de neón y flores muy parecidas a la de las baldosas de Barcelona entre algún que otro objeto de decoración difícil de definir. Pero curiosamente esta mezcla no resulta desagradable. Otro tema es que cada uno se sienta más o menos a gusto.
No es nada sobrio ni minimalista más bien divertido y estrambótico. En ese sentido, si buscáis el toque zen de lo oriental no lo encontraréis aquí. Más bien encontraréis la parte nipona más chillona. El formato es sencillo, la comida correcta con algún atisbo en algún plato a buscar algo diferente que vaya más allá del maki y sashimi.
Los clásicos están, como el Edamame, aperitivo japonés por excelencia, y los sushis y nigiris, pero introduce nuevos ingredientes que no son típicos y dándoles un formato asiático, haciendo guiños a la cocina Peruana o la Mejicana, como los tiraditos de corvina y atún el Miss Méjico: rollo de Nori con maíz tostado y salsa chiplote, además de otros ingredientes.
La cocina internacional casi ha dejado de serlo y para este restaurante, la mezcla de cocinas diferentes a las que da un toque europeizado es una forma de asegurarse el éxito. Hay que reconocer que existe la posibilidad de que ese éxito que le ha llevado a una expansión tan prolífera se deba a algo más. Posiblemente sus precios, bastante asequibles y la utilización de un producto fresco influye. Y la combinación de poder degustar en sus locales en ese ambiente desenfadado o la opción de llevártelo a casa, el tan demandado delivery seguro que ayuda.
Su carta es amplia y los platos se elaboran al momento. Un Oshisushi de micuit, manzana y caramelo de oro o unos maquis de salmón son la muestra de que además de cuidar el producto, cuidan la presentación. También se come por los ojos. Un plato bien presentado, invita a ser probado.
Respecto a los postres utilizan una base de arroz con leche y seguir dándoles forma japonesa, consiguiendo originales propuestas como Tiramisú o el Miss Nutella. Nada de pasteles o vasitos individuales con la ración, sino el mismo formato de Maki que en los platos salados. Curioso, aunque personalmente los encontré poco dulces.
Un local cuidado que no es un japonés al uso, aunque si lo es parte de su comida. Un “matxembrat” plasmado en su oferta gastronómica, desde el primero hasta el último plato. Algunos más conseguidos y otros imprevisibles que servirá para catar nuevas propuestas y pasar un buen rato.