Todos conocemos a los cuatro evangelistas clásicos, como son Lucas, Mateo, Marcos y Juan. Estos cuatro evangelios serían las principales fuentes de información de la vida de Jesucristo, pero ¿y si el nuevo evangelio fuese real y tratarse de aspectos desconocidos y no contados por los anteriores cuatro evangelistas?
En el invierno de 1886, arqueólogos franceses están realizando una excavación en el Alto Egipto. En una de estas excavaciones encuentran la tumba de un monje enterrado en el siglo VIII, aunque lo excepcional no es la tumba en sí, sino lo que el monje tiene con él. Se trata de un libro en el que incluye el Evangelio de Pedro, el cual parece ser un relato de primera mano de la vida de Jesucristo. Este libro establece que fue escrito por el Apóstol Pedro, el que fuera primer líder de la Iglesia que conocemos hoy en día.
Todos conocemos a los cuatro evangelistas clásicos, como son Lucas, Mateo, Marcos y Juan. Estos cuatro evangelios serían las principales fuentes de información de la vida de Jesucristo, pero ¿y si el nuevo evangelio fuese real y tratarse de aspectos desconocidos y no contados por los anteriores cuatro evangelistas?
Todos conocemos a los cuatro evangelistas clásicos, como son Lucas, Mateo, Marcos y Juan. Estos cuatro evangelios serían las principales fuentes de información de la vida de Jesucristo, pero ¿y si el nuevo evangelio fuese real y tratarse de aspectos desconocidos y no contados por los anteriores cuatro evangelistas?