Carol fue publicista y ahora lleva una vida que se podría calificar como aburrida, tiene en mente el proyecto de abrir un restaurante junto con un amigo de la pareja, Ted, y así darle un poco de vidilla a su existencia. Larry es un excéntrico editor que parece haber asumido mejor ese cambio a una vida más relajada y que cuestiona todo antes de actuar.
La trama comienza cuando la pareja conoce a unos vecinos bastante mayores en el ascensor (los srs. House) y son invitados a su casa para continuar la charla y conocerse un poco mejor. Aquí empezamos a ver a Woody Allen en todo su esplendor excéntrico y que hace que intuyas lo cómica que va a ser la película. Tras la velada con los vecinos se van a su casa, comentan la jugada y la cosa queda ahí.
Pero al día siguiente, al llegar a casa, ven que hay paramédicos en el piso de los House y se enteran que la señora ha muerto repentinamente de un ataque al corazón. El matrimonio se va muy sorprendido a su casa y Carol no parará de darle vueltas a la imposibilidad de que haya podido ser un ataque al corazón y con la ayuda de su amigo Ted y finalmente del propio Larry comenzarán a investigar el posible asesinato perpetrado por el señor House.
La verdad que lo he pasado de vicio viendo las investigaciones y las disparatadas ocurrencias de Carol que ve en este misterio una ventana abierta en su monótona vida y con el nerviosismo de Larry que no puede evitar sacar su lado más neurótico y que hace que te partas de la risa. Los diálogos son muchas veces excelentes, Woody Allen tiene unas salidas buenísimas en casi todas sus películas, y Misterioso asesinato en Manhattan no iba a ser menos.
Destaco también la elección de los actores, se complementan a la perfección y consiguen que el espectador sufra y se ría con sus investigaciones y peripecias. Me ha parecido hasta que algunas risas de Diane Keaton eran provocadas por las locuras del guión y no podía aguantarse. Y cómo no, la escenificación. Esos planos de NY, el del restaurante cuando el matrimonio, Ted (su amigo) y una escritora están especulando sobre el caso o la escena final en el cine lleno de espejos en el que se está proyectando una película de Orson Welles. Todos magníficos.
Nota: 7Lo mejor: El momento en el ascensor del hotel Waldron, cuando se qu