Mitla, la Ciudad de los Muertos, y el Árbol del Tule

Por Atableconcarmen @atableconcarmen


Partimos de Oaxaca con dirección a Mitla, la Ciudad de los Muertos, y a pesar de que no estaba previsto, a los 20 min. hacemos una breve parada en Santa María del Tule para admirar el majestuoso árbol de más de 2.000 años que allí se encuentra. Nada más y nada menos que de un diámetro de 14 m. y 42 m. de altura.
Tule significa árbol de iluminación y se considera, su ubicación, un lugar sagrado.
  

 
Fue oportuna nuestra llegada, ya que además de contemplar este magnífico ahuehuete, así se llama el árbol nacional de México, símbolo de su fortaleza y orgullo, tuvimos ocasión de observar las celebraciones que en torno a la festividad de la Asunción, un grupo de personas estaba llevando a cabo en la Iglesia de Santa María del Tule.
  


 
Después nos dirigimos hacia el sitio arqueológico de Mitla, la Ciudad de los Muertos, en pleno valle central de Oaxaca, donde la característica que más resalta, aparte de lo árido de su emplazamiento, son las grecas o dibujos geométricos que decoran los muros de los edificios.
  

Dentro de esta zona arqueológica se aprecian claramente cinco conjuntos de edificios, siendo los mejores conservados los que corresponden al grupo de la Iglesia y al grupo de las Columnas.
  

 
El grupo de la Iglesia se llama así por la Iglesia de San Pablo Apóstol que los dominicos construyeron sobre las ruinas de un templo dedicado a un dios zapoteca. Otra vez la mala costumbre de los conquistadores de cualquier lugar, de construir sobre los monumentos de los conquistados, creyendo que así olvidarían su cultura, su religión y sus costumbres. A pesar de ello, hay que reconocer que la iglesia es preciosa.
  

 
Justo enfrente se encuentra el grupo de las Columnas, que se corresponde con el edificio más grande y como es de suponer, debe su nombre a una amplia sala de enormes columnas que en su origen sostuvieron altos techos.
  

 
Agachando bien la cabeza, atravesamos un pasadizo para acceder al palacio principal donde lo más resaltable es el patio de las grecas, con todos sus muros labrados con complejos dibujos geométricos. No puedo decir por qué pero me llaman mucho la atención esas formas y hasta me imagino cómo lucirían cuando estuvieran pintadas de rojo.
  

 

 
Todavía es media mañana pero la temperatura está subiendo y nos espera un largo camino hasta Tuxtla Rodríguez, nuestro siguiente destino, así que es hora de partir.
  
 
Etapas de este viaje publicadas:

Bon voyage!