Mitos sobre Richards, el legendario guitarrista Stone

Publicado el 20 julio 2012 por Aguila63



"Mick tengo una idea", solía decir Keith Richards cualquier noche mientras golpeaba en la puerta de su vecino Mick Jagger, líder de los Rolling Stones – o “la banda de rock and roll más grande del mundo”, como se autodenominaban a finales de los años 60- . Era así, de improvisto, que uno de los más fascinantes guitarristas de la historia del rock era abordado por algún acorde genial. Sin embargo, la vida “alocada” del músico ha sido tan mítica como la carrera de la banda que ayudó a crear: sus borracheras épicas y el uso de drogas lo convirtieron en una verdadera leyenda urbana, rodeada de mitos y verdades. Conozca algunas historias que convirtieron al guitarrista en una leyenda.
Aspiró las cenizas de su padre
Este es seguramente el mayor mito que alimenta la leyenda de Keith Richards. En 2007, el músico afirmó que había aspirado en una fiesta en Suiza las cenizas de su padre, fallecido en 2002. "¿La cosa más rara que he intentado esnifar? Mi padre. Me esnifé a mi padre", habría confesado el rockero en una entrevista publicada en la revista británica NME. La declaración fue desmentida poco tiempo después por el propio Richards, quien aseguró que todo fue un “malentendido”.  "Fue una declaración improvisada, un chiste, y no es verdad. Tómenlo como una broma del Día de los Inocentes", dijo Bernard Doherty, representante de los Rolling Stones.
Llegó borracho al set de Piratas del Caribe
Según testigos, Keith Richards acudió borracho a las grabaciones de su papel como el padre del capitán Jack Sparrow, interpretado por el actor estadounidense Johnny Depp para la tercera película de la saga Piratas del Caribe. De acuerdo con la revista Empire, el guitarrista tuvo que ser ayudado por el director del filme, Gore Verbinski, para poder caminar. El actor Bill Nighy, quien encarna a Davy Jones, confirmó la historia a pesar de no haber estado en el set en el momento en que el roquero apareció, informó Fox News.  Richards, por su parte aseguró: "Si querían a alguien correcto, buscaron a la persona equivocada".
Servía de hombro amigo a las mujeres de Jagger
En su biografía titulada “Life”, lanzada en 2010, Richards afirmó que a Mick Jagger no le gustaba que él hablara con sus mujeres. “Siempre acaban llorando en mi hombro porque se enteraban que él anda por ahí de conquista otra vez. ¡La de lágrimas que han vertido sobre este hombro: Jerry Hall, Bianca, Marianne Faithful, Chrissie Shrimpton! Me han arruinado un montón de camisas. ¡Vienen a preguntarme a mí qué tienen que hacer! ¿Y yo, qué diablos sé?”, comenta Richards en su libro.
Conoció a su mujer en el mítico Studio 54
“Mick se la pasaba en Studio 54 de Nueva York, que no era de mi gusto: una discoteca con decoración emperifollada, abarrotada de maricones en bóxer. Lo raro es que allá conociera a Patti Hansen, mi actual esposa. Corría el año 1979. Y una de las colegas de Patti se acerca y nos cuenta que es el cumpleaños de una amiga suya. ‘¿De cuál?’, le pregunto yo, y me señala a una rubia preciosa que estaba bailando. ‘¡Dom Pérignon ahora mismo!’ Le mandé una botella y me acerqué a saludar, sólo eso. En una entrada de mi diario, escribí: ‘Increíble. He conocido a una mujer. ¡Un milagro! Tengo un montón de chicas a mi disposición, ¡pero he conocido a una mujer!’, recuerda Richards en su autobiografía.
Tuvo la misma novia que Brian Jones
Antes de la modelo Patti Hansen, Richards estuvo casado con la actriz italiana Anita Pallenberg, exnovia del cofundador de Rolling Stones, Brian Jones. Richards y Pallenberg pasaron 12 años juntos, entre 1967 y 1979 y tuvieron tres hijos: Marlon, Angela y Tara, que falleció a los dos meses de muerte súbita. “No creo que fuera culpa de Anita. Pero irme de gira cuando todavía era una recién nacida es algo que nunca me perdonaré. (...) Perder a un hijo es lo peor. Poco a poco van aflorando las posibilidades truncadas con ese niño. Y te persigue durante el resto de tus días. Tara vive dentro de mí, pero ni siquiera sé dónde está enterrada”, cuenta Richards.
Se hacía transfusiones de sangre
Otra de las leyendas urbanas que siguió a las estrellas del rock adictas a las drogas en los años 70 fue la del famoso “cambio de sangre”. Se decía que Keith Richards frecuentaba una clínica Suiza regularmente para “purificar” su sangre de los excesos de la heroína. Según revela el propio guitarrista en su autobiografía, todo eso una mentira. “En 1973 sacaron una lista de las diez estrellas del rock que probablemente morirían pronto, y me colocaron en el primer lugar. ¡Fui número uno en esa lista durante diez años! La historia de que iba a Suiza a cambiarme la sangre les dio un verdadero empujón a esos nigromantes. ¡Pero nunca me he cambiado la sangre!(…) La gente cree que sigo siendo un junkie. ¡Y hace 30 años que dejé las drogas!”, dijo Richards en 2007.  
  
Lo expulsaron de un coro cuando niño
“A los 11 años, me metí en el coro del colegio. Los otros chicos se burlaban: ‘Así que eres un modosito, ¿eh?’. A mí me daba igual porque el coro era genial: ibas a Londres y te librabas de las clases. A los 13, me cambió la voz y me echaron. Además, me hicieron repetir el curso. Estaba tan furioso que el deseo de venganza me quemaba por dentro. Si quieres forjar un rebelde, esa es la manera. Se acabaron los cortes de pelo, hacía cualquier cosa con tal de molestar”, afirmó el músico.
Intentó escalar una palmera
Las familias de Richards y del bajista Ronnie Wood descansaban en las islas Fiyi tras la gira de la banda en Nueva Zelanda en 2006 cuando la prensa divulgó que Richards se habría fracturado el cráneo después de haber intentado escalar una plama de coco. El guitarrista desmintió la historia. "Es realmente vergonzoso. Estaba sentado sobre un tronco nudoso a casi dos metros del suelo. Estaba mojado porque había estado nadando. Caí mal, mi cabeza se golpeó con el tronco y eso fue todo", explicó Keith Richards a la revista Rolling Stone. “Me operaron. Me abrieron la cabeza, aspiraron los coágulos y me colocaron el hueso en su sitio como un sombrerito con seis grapas de titanio. Por lo demás, llevo una vida de auténtico caballero: escucho a Mozart y leo mucho”.
Lo detuvieron cinco veces
Como dice el propio Richards, “no tengo problemas con las drogas, y sí con la policía”. El guitarrista fue preso cinco veces desde 1967, siendo la ocasión más seria en 1977, cuando fue flagrado con 22 gramos de heroína en Canadá. La condena fue reducida a posesión simple y fue sentenciado a hacer un concierto benéfico y someterse a tratamiento contra la adicción.
Fuente
-