Mitos y verdades de la regla IV: tampones, esos pequeños aliados.

Publicado el 20 julio 2015 por Angela Monasor @AngelaMonasor

Es verano. Para muchas, la época en la que los tampones se convierten en nuestro mejor aliado para disfrutar de la piscina, la playa, y otras actividades al aire libre (si es que no vives en Bristol, donde estamos muy a salvo de la ola de calor). Algunas han cambiado los tampones por la copa menstrual, y hay a quien le resultan incómodos y prefieren usar compresas. Pero, aparte de preferencias personales, ¿hay algún motivo por el que deberíamos no usar tampones?

La repuesta corta es… NO.

Los tampones son prácticos y seguros. Veamos porqué.

Los primeros tampones hechos de papiro datan del antiguo Egipto. Desde entonces, se han probado muchos materiales: hilo, lana, papel, esponjas, algodón… hasta que en 1929 el Dr. Earle Hass, de Colorado, inventó el primer tampón con aplicador. Lo patentó y en 1936 se comenzaron a vender en los Estados Unidos. Así comenzó sus andanzas la marca Tampax.

Desde entonces se ha avanzado mucho: hay tampones de diferentes formas, tamaños, capacidades de absorción, con diferentes aplicadores, sin ellos… hemos aprendido sobre sus ventajas y sus riesgos.

En cuanto a éstos últimos, quizá has leído que los tampones pueden aumentar el flujo menstrual, que pueden causar alergias, síndrome tóxico, e incluso, se ha llegado a decir que pueden estar ligados al cáncer. Pero ¿qué hay de cierto en todo esto? Muy poco.

Sobre el mito de que los tampones aumentan el flujo menstrual

Si eres una ratita de Internet, probablemente hayas leído por ahí que los fabricantes de tampones añaden asbestos para incrementar el flujo menstrual y así vender más tampones. El mito comenzó a extenderse por Estados Unidos, donde la Food and Drug Administration (FDA) comunicó que no existe ninguna prueba de que esto sea así. No encontraron ni siquiera trazas (cantidades minúsculas) de asbestos en las fábricas que inspeccionadas rutinariamente.

Sobre los blanqueantes

Los tampones que compramos a día de hoy están hechos de algodón y viscosa. La viscosa se fabrica a partir de fibras derivadas de la madera. Para producirla, la pulpa de madera se blanquea. Hace años se utilizaban métodos de blanqueado que producían dioxinas – un contaminante ambiental tóxico–, pero esos métodos se prohibieron y ya no se utilizan.

Sin embargo, dado que ésta forma de blanqueado se había utilizado en diferentes industrias durante décadas, aún hay restos de dioxinas en el aire, el agua y el suelo. De aquí pueden pasar a las plantas de algodón y a la madera utilizadas para fabricar tampones, por eso se exige a las compañías productoras que analicen la cantidad de dioxinas en sus productos. Cuando se realizan estos tests, las cantidades de dioxinas encontradas son mucho menores que las que se pueden encontrar en nuestro cuerpo debido a otras fuentes ambientales. De hecho, las cantidades encontradas son tan pequeñas, que se considera que no pueden tener efecto alguno en nuestra salud.

Sobre el síndrome de shock tóxico (SST), y la sequedad e irritación vaginal

El SST es una enfermedad rara, pero muy grave, que puede llegar a causar la muerte, provocada por diferentes tipos de toxinas bacterianas, aunque la más comunes son las de los estafilococos y los estreptococos.

Es importante aclarar que, al ser provocado por una toxina bacteriana, el SST no se da solamente en mujeres con la menstruación, sino también en niños, hombres y mujeres no menstruantes.

Se ha visto que existe cierta relación entre el uso de tampones de alta absorción y la aparición de SST, aunque la causa no está clara. Sin embargo, desde que se realizó esta observación se retiraron ciertos tampones superabsorbentes del mercado, y el número de SST relacionados con la menstruación ha bajado (de 187 casos en 1980, a 5 casos en 1997 en Estados Unidos). Para mantener el riesgo a raya, usa tampones que se ajusten a tu flujo, cámbialos cada 4-8horas, y lávate las manos antes y después de cambiarlos.

Hay mujeres que sufren sequedad e irritación vaginal al usar tampones demasiado absorbentes. Como he dicho, es importante escoger tampones con la mínima absorción necesaria para tu flujo menstrual. Por ejemplo, you uso tampones “super” los primeros días, paso a “regular” después y “junior” para cuando parece que ya queda poco!

Quizá prefieres usar compresas o la copa menstrual, o a combinar diferentes métodos higiénicos cuando tienes la regla. Mi cometido aquí es despejar toda duda sobre la seguridad de los tampones. Como ves, si los usas bien (y eso es muy fácil) son útiles y completamente seguros. Yo les debo muchas buenas tardes de piscina, playa, parque de atracciones… Ay, qué tiempos, cuando el verano duraba 3 meses!


Archivado en: BIOLOGÍA, La Regla Tagged: absorción, agua, algodón, blanqueantes, celulosa, compresas, copa menstrual, dioxinas, earle hass, egipto, flujo, flujo menstrual, irritación, junior, lejía, madera, MENSTRUACIÓN, papiro, periodo, piscina, playa, regla, regular, sangre, síndrome de shock tóxico, sequedad, SST, super, tampax, tampones, VERANO, viscosa