A lo largo y ancho de Japón, se pueden encontrar santuarios y templos dedicados a los Mizuko (literalmente, "los niños de agua"). Pero... ¿qué son?
Los Mizuko son santuarios dedicados a todos aquellos bebés que murieron por aborto natural, nacieron muertos o murieron al poco de haber nacido.
En la mayoría de templos encontraremos los Jizo, pequeñas estatuas de monjes que la gente le pone gorros y bufandas rojas, cuya finalidad es la de guiar y protejer el espíritu de los bebés fallecidos.
Antiguamente, cuando una mujer abortaba no podía enterrar su niño como debía, por lo que iban a ciertos templos a pedirle a estos jizos la protección celestial de sus bebes. Con esta práctica, las mujeres podían rezar por sus niños, y la cosa se tapaba a ojos de la sociedad.