En la entrada anterior mencionamos que, según las apostadoras, el Premio Nobel estaba entre Haruki Murakami y Mo Yan, es decir un Nobel con sabor oriental. Y, efectivamente, ganó el último, pero nuestra interrogante se mantiene, al tener que bucear en la web para conocer algo más de esta persona. Felizmente, Bitácora hedonista ha hecho un post que incluye varios links que desarrollan detalles de cinco de las obras de este autor. Recomendable.
Pero lo más sorprendente es que, por primera vez en los más de cien años de vida del premio sueco, se haya otorgado dicho galardón a alguien de nacionalidad china. Es decir, durante más de un siglo, el país más populoso del mundo, y el idioma más usado con 1325 millones de hablantes, nunca había sido considerado para este premio.
Y lo más extraño aún es que el chinito ha bromeado con Vargas Llosa y declarado que García Márquez lo ha influido mucho. Feo el nivel de desconexión que tenemos con este escritor chino. Si el premio Nobel es una buena oportunidad para conocer otros escritores, el premio de este año ha valido la pena.