Drag Queens en ‘Once upon a time’. Desde FrikArte apoyamos cualquier tipo de creencia, religión o sexualidad. En especial la última, no hay más que ver nuestras entradas. Sin embargo, y ya me lo llevo al terreno personal, hay algo que me llama la atención. En ocasiones veo Drag Queens.
No sé si habréis visto la serie Once upon a time alguna vez, aunque espero que sí. La serie es algo así como un refrito de todas las historias Disney con un niño repelente de por medio y a la (insufrible) doctora Cameron de House con aires de Lara Croft por ahí.
La serie está protagonizada po
Sí señores, la más guaperas de la serie tiene por costumbre llevar ropajes reales más típicos de un drag queens que de una reina malvada que envenena manzanas. Las pelucas, corsés, sombreros imposibles y tocados que rozan el ridículo, en lugar de imprimir terror en su imagen, hacen parecer que el diseñador de vestuario sean Alaska y los pegamoides. Con la buena figura que tiene y lo bien que está vestida de época (como se puede apreciar en los flashbacks de su adolescencia) pero sin llegar a ser tan extrema. Es el contraste entre la sobriedad absoluta en el mundo real y lo más exagerado que encuentre por el baúl de los recuerdos en el reino mágico.
La pobre Lana Parrilla (actriz que interpreta a la mala del cuento, nunca mejor dicho) habrá tenido que soportar kilos y kilos de pelucas y maquillaje para lucir así. Con todo, aún de esta guisa sigue resultando atractiva, como gran parte del público masculino opinará. Eso sí, la serie tiene, en cuanto a moda y belleza, tela que cortar, y entre las camisetas que parecen estar sucias de Jennifer Morrison, el look kani-lobo de Ruby (Megan Ohry) y el pelo de Blancanieves (Ginnifer Goodwin) podría tener el mes apañado sólo hablando de OUAT, pero tranquilos que no lo haré. Bueno, ya veremos…