Nosotras aprovechamos el pasado domingo para conocer esta muestra sobre un tema que nos apasiona y que no es muy habitual ver en un espacio cultural de nuestra ciudad: la moda. Ana Usieto y Beatriz Lucea Valero están al mando del comisariado de la exposición, garantía ambas de buen hacer.
Lo que nos ha gustado de la exposición es la contextualización de la moda dentro del marco de su comercialización: ¿quién la confeccionaba en cada momento, con qué criterios, con qué instrumentos? ¿dónde la adquiría la gente de a pie? ¿cómo se exponía, cómo se publicitaba?. Nombres que forman parte del patrimonio cultural (industrial y comercial) de nuestra ciudad van jalonando las vitrinas y las salas: Carrrión, Antonio Marcén, Ricardo Miñana, Ríos, Almacenes Gay...Es divertida por lo que tiene de próximo, de reciente, de aquello que has vivido y ha sido superado -como tantas otras cosas- por nuevas tecnologías. La punzada de la nostalgia te pincha de vez en cuando, y te hace sonreír: "Se cogen puntos en las medias", reza un cartel original junto a la máquina que arreglaba tus medias cuando eras una adolescente y que hasta ahora nunca habías visto al natural.Sorprendente la publicidad de abrigos de piel de ReyGolden, un artículo que fue de lujo y que hoy se podría considerar al borde de la provocación. Hilarante el rechazo del Borivel al divorcio, apostando por sus prendas íntimas como garantía de amor.
Te guste o no la moda, la exposición es un viaje en el tiempo, una visita a un pasado reciente de nuestra sociedad que, sin embargo, parece muy lejano. La visita merece la pena. Además, una vez allí, nunca está de más dar una vuelta por la Escuela Museo Origami Zaragoza, que además de interesantes exposiciones temporales, renueva su exposición permanente trimestralmente. ¡No te las pierdas!