CONTEMPLAR ES ABOLIR EL TIEMPO. A. Grün
Una de cada cuatro personas en el mundo carece de electricidad y los chinos disponen de dos automóviles por cada cien personas, que en el caso de los europeos se incrementan a cincuenta. El futuro que se nos avecina es de más demanda energética porque es lógico que, por ejemplo, africanos o asiáticos aspiren a mayores cotas de bienestar.
El debate energético está abierto y de él se desprende que la prospección de crudo a mayores profundidades va a continuar. La fuentes de energía tendrán que ser baratas y además sostenidas en el tiempo, como fruto de pactos a ser posible, para que las empresas recobren las inversiones que tengan que realizar. Todo ello se tendrá que realizar con respeto al medio ambiente y evitando la emisión de gases invernadero que puedan seguir quebrando la salud climática del planeta.
Por otra parte, los usuarios tendremos que admitir que los cortes de suministro eléctrico por nevadas o a consecuencia del consumo de aire acondicionado, sólo se puede evitar con más producción energética y nuevas líneas de interconexión interfiriendo en habitat naturales. Somos cómodos y deseamos un suministro eficiente independientemente de las lluvias, vientos o días soleados.
Sería conveniente un modelo energético que responda a unas necesidades sociales y económicas pactadas entre los agentes sociales. A partir de ahí, dejando demagogias, es preciso debatir las fuentes energéticas (petroleo, renovables, gas…) por las que se apuesta, dotando de una estabilidad al sector. De todas formas, será inevitable que la tecnología y la investigación lideren un sector del que este Estado está necesitado como alternativa al ladrillo y en el que existen empresas nacionales líderes en el mundo. Ahí tienen una oportunidad de oro nuestro políticos para demostrar sus capacidades. Al tiempo.