Rodada con cámara subjetiva a modo de falso y divertido documental (mockumentary, al igual que The Office), Modern Family nos presenta a un grupo de personajes que caricaturizan a los nuevos arquetipos presentes en las complejas familias de hoy en día. Así, tenemos al abuelo cínico casado con una colombiana a la que casi dobla en edad, madre a su vez de un chico enamoradizo; una clásica familia formada por un padre que se cree guay, una madre abrumada por las tareas del hogar, una hija que prefiere mandar mensajes antes que hablar, otra que es la versión de carne y hueso de Lisa Simpson y un hijo pequeño ingenuo; y por último un matrimonio gay que adopta un bebé vietnamita. Unidos todos ellos por relaciones de parentesco, deberán hacer frente a sus diferencias para enfrentarse a las complicaciones que se les presentan y dejar a los espectadores con una sonrisa al final de cada episodio.
En Modern Family seremos testigos de situaciones cotidianas del tipo practicar deporte con los hijos, la celebración de un cumpleaños o la Navidad, las cuales llegarán a rozar los límites del absurdo gracias a las peculiares personalidades de los integrantes de la familia, cada uno de los cuales hace gala de su particular sentido del humor y goza de protagonismo en uno u otro episodio. Aquí tenemos que reconocer la enorme labor del reparto, formado por los actores Ed O'Neil (alias Al Bundy, aquí llamado Jay), Sofía Vergara (Gloria), Julie Bowen (Claire), Ty Burrell (el patético Phil Dunphy), Jesse Tyler Ferguson (Mitchell) y Eric Stonestreet (interpretando al sorprendente Cameron), a quienes se les suman estrellas invitadas en ciertos capítulos como Elizabeth Banks o Edward Norton.
A punto de empezar su segunda temporada, es recomendable no perder la pista a una serie tan rica y divertida como ésta, que debido a su elaboración y altas dosis de diversión no deja indiferentes a los espectadores.