Los miércoles son los días de Modern Family y, los jueves, los días de su respectivo recap. La semana pasada, una divertida historia sobre una obscena estatua nos dejaba una estampa de los Dunphy nunca vista: de buenas con sus vecinos. Ahora, aprendemos algo más de Luke, mientras Gloria ayudará a Haley a seguir adelante con su trabajo. ¡Alerta spoiler!
Tengo un Manny y una pedi
Como indica su título, este episodio va sobre integridad. Por un lado, Gloria pasa el día junto a Haley, mientras Jay se encarga de recoger de casa de Mitch el castillo de princesa de Lily junto a Phil. Lily ha crecido, y ya no lo necesita.
Meter a Joe en un castillo de princesas no le parece buena idea a su padre. Su hijo Manny está muy triste, pues una compañera llamada Sarah pasa de él. Además, se encuentra a Joe con las uñas de los pies pintadas, una gracia con la que en el salón de belleza se entretenían mientras trataban a Gloria. “Tengo un Manny y una pedi”. Mientras está fuera de casa, Joe de quedará al cuidado de Cam y Mitch.
Mientras transportan el castillo de Lily, Phil confiesa que está molesto con Claire pues quiere una videoconsola de Pac-Man y no se la ha comprado porque a su mujer no le hizo gracia la idea, cosa que expresó con un sonido desaprobador. Jay le convence para comprarla, pues los matrimonios funcionan así: hay que mantenerse en las decisiones que uno toma.
Piratas
Creyendo que su suegro le manda un mensaje, Phil desengancha el castillo del remolque y éste queda totalmente destrozado en la calzada al golpearlo un camión. Phil sabe que el castillo a Jay no le gusta, pero le devuelve el consejo, tiene que plantarse ante Gloria. Aunque Jay confiesa que le tiene algo de miedo.
En realidad ambos estaban equivocados. Por un lado, Claire no quería que Phil comprase esa consola pues ya se la había comprado ella. En el caso de Jay, resultaba que Gloria había comprado pintura negra para transformar el castillo de princesas en uno de piratas para Joe. Lo montan rápidamente, aunque con un estornudo del pequeño aquello se desmorona. Al final termina toda la familia, juntos, montándolo en condiciones.
Día de los premios
En casa de los Dunphy, Alex está muy contenta pues es el Día de los Premios en el instituto y ella ya sabe que se va a llevar un buen puñado. Claire está feliz por ella, pero se da cuenta de que su hijo Luke puede sentirse fatal por no haber ganado ninguna vez uno. Ve al joven triste, así que decide ir a hablar con el director del instituto a ver si puede hacer algo. Intenta hasta sobornarle para que Luke gane el premio a la integridad, en el que su hijo está segundo en la lista.
No lo consigue, el director es incorruptible. Pero al salir, cuando sube al coche, se encuentra con que el que va a ganar ese premio ha aparcado detrás de ella. Sin pensárselo dos veces y haciéndolo todo por su hijo, decide empujar marcha atrás su coche hasta dejar el del chaval en una zona donde no se puede aparcar.
Integridad
Efectivamente, y por la consiguiente multa, Luke resulta el ganador del premio a la integridad, pero no está nada contento pues ese premio es considerado para nerds. Luke entonces acusa a Manny de ser él quien empujó el coche del otro chico para que él ganase, y todo porque habló con Sarah. Al final Claire termina confesando que fue ella quien lo hizo.
Sin embargo, descubre que su hijo no está triste por no ganar premios como su hermana o haber ganado ese en concreto. Se encuentra triste porque a Sarah le gusta él, y no Manny. Y tiene miedo de herir sus sentimientos si se enterase. Es entonces cuando Claire se da cuenta de que su hijo no necesita ningún premio, que de integridad va sobrado.
¿Tengamos otro hijo?
En casa de Cam, él y Mitchell están convencidos de que es el momento para tener otro hijo, pero por separado. Ninguno de los dos cree que el otro quiera, así que al cuidar a Joe ambos ven una oportunidad de tantear la situación. Tarda muy poco en darse cuenta de que ambos quieren volver a ser padres, e incluso menos en descubrir que es lo peor que podrían hacer.
Cuidar a Lily fue maravilloso, y lo echan de menos ahora que es más independiente, pero Joe les destroza la casa: pinta el caro sofá, se encierra él solo en el aseo, rompe el bol que tanto les costó conseguir. Sin duda, la mejor manera de darse cuenta de que puede ser una decisión precipitada. Al final resultaba que ninguno quería desilusionar al otro.
Hothead
El jefe de Haley, Gavin (Michael Urie) es un poco especial. No la trata bien y está obsesionado con una flor que le pide que le compre, incluso cuando se encuentra en sus horas libres comprando con Gloria. Le pide, además, que tendrá que esperar fuera en el parking guardándole un sitio hasta que él aparezca. Gloria se impacienta y quiere soltarle cuatro cosas, pero Haley se lo impide.
Gloria sigue sin opinar como ella: “Todo el mundo en mi familia piensa que soy una colombiana hothead (literalmente cabeza caliente, exaltada). Lo que es una locura. Porque una colombiana hothead es cuando le prendes fuego a la cabeza de alguien. Huele terrible, pero manda un mensaje”. Gloria decide robarle la flor a Gaviny le dice a Haley que es hora de que se plante y le deje las cosas claras.
Aunque con buena intención, Gloria se da cuenta de que Haley necesita el trabajo porque se siente mal viviendo en casa de sus padres sin haber conseguido nada en la vida. Así que deciden devolver la planta. Mientras mantienen esa conversación en el despacho de Gavin, Haley le insulta y su jefe lo escucha, asegurando que puede perder su trabajo. Gloria, que se siente culpable, le cuenta a Haley que va a disculparse con él pero en realidad lo que hace es amenazarle. Y funciona, Haley sigue en su puesto.