Gloria ha ganado una puja en la que se ha llevado (aparentemente por error) una sesión de terapia con la doctora Deborah Radcliffe (Catherine O’Hara), autora del libro sobre emociones y sentimientos Clean Out Your Junk Drawer. En esa sesión encontramos a Jay y Gloria, Cam y Mitchell, y Phil junto a Claire; y aunque al principio todos se muestran algo reacios a contar sus secretos y airear sus sentimientos hacia el otro, la cosa pronto se anima.
Competición
Claire no quiere participar en semejante terapia, al menos no estando sobria. Pero Phil termina convenciéndola cuando le cuenta que tienen una vida en pareja envidiable y unos hijos maravillosos. Claire se toma aquello entonces como una competición, que -desde luego- tienen que ganar.
En el primer ejercicio de integración con el grupo (imitar a un conejo, a una estrella de rock y a un tigre), todos intentan no hacer demasiado el ridículo. Frase del episodio para Cam, asegurando: "No podéis igualarme, aparecí en Cats". Pero es en otra tarea donde los Dunphy empiezan a tambalear: tienen que escribir en un papel lo que no les gusta del otro, y Mitch saca a relucir esa expresión de Claire, “me likey” (cuando le gusta algo), que odia Phil.
Claire se viene arriba pues no cree que sea algo infantil, sino divertido. Se atreve a contar un chiste nada gracioso y su marido le espeta que lo que ocurre es que se entenderían mejor si hicieran más cosas juntos, como jugar con su palo saltarín (y se refiere al juguete).
Esa pareja gay
Mitch y Cam no están muy convencidos de la terapia, sobre todo Mitch, que insta a su marido a controlarse un poco para no ser “esa pareja gay que termina montando el espectáculo”. Por supuesto, Cam pasa de sus palabras y les presta voluntario para otro ejercicio en el que, sentados uno frente al otro, tienen que decirse qué no les gusta a la cara.
Empieza Mitch bien, diciendo que no le gusta que Cam se vista tanto de azul porque le queda muy bien y siente celos. Pero en su próximo turno, la cosa se caldea cuando se refiere a la manía de su marido de dejarse siempre las luces encendidas por donde pasa.
La discusión va en aumento: Cam cuenta que parece que viva con su madre, algo que Mitch asegura que es culpa suya y se solucionaría apagando las luces. Mitch termina escondido tras una cortina cuando en pleno argumento se le escapa que tal vez su problema es que hace un mes que no juegan con sus palos saltarines (y no, no se refiere al juguete).
Abrir el cajón
El más reacio de los allí presentes a abrir sus sentimientos, sin duda, es Jay. Se está perdiendo un partido de fútbol e incluso finge desasosiego por un perro perdido de pequeño para encerrarse en el baño a escuchar la radio.
En cierto punto de la terapia, la doctora tiene que marcharse por una emergencia familiar. Y allí deja a toda la familia, con todos sus reproches a la cara, los cajones de par en par y ninguna solución para arreglarlo. Es, justamente, cuando intenta hacerles ver a todos que aquello no sirve para nada, cuando Jay se rompe al recordar algunos momentos de su juventud: cuando le dejó plantado una chica o cuando murió su padre, y en ninguno pudo expresar lo que sentía.
Al final de capítulo, eso sí, vemos a todos arreglando sus diferencias: a Cam apagando las luces de casa, a Phil confesando a su mujer todo lo divertida y alocada que es y a Jay, con Gloria y Joe en la cama, leyendo el libro de la doctora Radcliffe.
Recaída
Pero hay algo más esta semana en Modern Family. En un encuentro entre las hermanas Alex y Haley, ambas llegan a la conclusión de que lo están haciendo mal y tienen que terminar sus relaciones. En el caso de Alex, se refiere a su friki-ligue Reuben, que no le aporta nada más que alguien que la admira. Por parte de Haley, su loquesea con Andy también debe de terminar, pues él está prometido.
Alex consigue terminar con Reuben, pero la historia de su hermana no acaba exactamente igual; no acaba. Sí, Haley tiene la intención y queda con Andy en su coche y se prometen dejar de verse sin ropa (el chaval asegura que ha elegido para el encuentro la ropa interior más fea que ha encontrado). Sin embargo, no sería lo suficientemente fea: ambos terminan en la cama, con Andy volteando una foto de su futura esposa en la mesilla de noche.