… me reía tanto con una serie televisiva. Le tengo manía a esa frase tópica, que ya se suelta en cualquier ocasión, en cuanto la gente encadena un par de carcajadas. Por eso produce tanta satisfacción decirlo con plena consciencia de que es verdad, de hecho no recuerdo en qué otra oportunidad, en el pasado, una comedia me hizo reír de veras. Tendemos a apreciar mejor el drama, el suspense o el terror, y apenas damos importancia a lo que nos reconcilia con un gesto, el de la sonrisa, que fue de los primeros que aprendimos al venir al mundo.
Modern Family admite ciertas lecturas en cuanto a su propósito de presentar las diversas formas en que la familia puede articularse hoy en día, cabe afirmar que promueve la tolerancia, etc., etc. Pero es que por encima de todo es una excelente serie de humor, con personajes carismáticos, guiones maravillosos y una narrativa visual llena de giros, encuadres y golpes de efecto que contribuyen al tono descacharrante de sus alocados episodios. Se sostiene sobre todo en el carisma de sus personajes, de tal forma que únicamente necesita moverlos e interrelacionarlos para construir un capítulo. Cada uno de ellos constituye en realidad una parodia o caricatura de un tipo social, lo que permite a la serie burlarse de todo y de todos, aun a riesgo de soliviantar corazones pudibundos. A diferencia de moderneces hipster –que nacen caducadas- como ‘New girl’ o 'Portlandia', prescinde de concretos guiños generacionales y recorre el amplio y siempre diverso camino de la vida con tanta brillantez que cada uno de estos nombres daría para un spin-off:
-Phil Dunphy: ejemplo perfecto del espantoso espécimen del padre colega que siempre está de buen humor, y siempre dispuesto para arreglar entuertos… complicándolos aún más, por supuesto, con su impecable torpeza. Parodia del hombre sensible que se emociona, llora, y abraza en exceso. Tan entrañable como insufrible. Sus momentos más divertidos tienen que ver con esas acciones secretas que ejecuta a toda prisa presuponiendo que no van a gustarle a su mujer, Claire.
-Claire Dunphy: de nuevo otra caricatura, esta vez de la mamá superwoman, controladora, inestable y en permanente, aunque llevadera, tensión con la vida no disfrutada y lo que pudo haber sido y no fue. Es quizá el personaje más desagradecido, porque inevitablemente resulta cargante, aunque esos nervios constantes añaden muchas risas a determinadas escenas.
-Cameron: pasamos a la familia gay, en la que destaca este personaje al que todas las mujeres y todos los varones heteros no lobotomizados querríamos como el amigo perfecto. Excesivo, sobre todo muy excesivo, simpático, más burro que un arao en ocasiones y loquísimamente sofisticado en otras. Maniático, padrazo/madraza… Lo tiene todo para que, cada vez que la trama se centra en él, uno no se levante del sofá.