Un informe de las Naciones Unidas recientemente publicado, que cuenta con el respaldo de las principales entidades sobre población, sostiene que las naciones deberían duplicar las inversiones destinadas a la planificación familiar y al aborto en los países pobres, para alcanzar un total de 24 mil millones de dólares estadounidenses al año.Esto reduciría notablemente el índice de mortalidad materno-infantil y daría solución a una gran cantidad de males sociales.
El informe titulado «Haciendo cuentas: costos y beneficios de invertir en planificación familiar y en salud materna y neonatal» afirma que si los Estados Miembros de la ONU destinaran 12 milmillones de dólares más por año a la planificación familiar moderna, el resultado incluiría la reducción de costos, para los países pobres, en salud, agua, salubridad y servicios sociales, la disminución de 2/3 de los embarazos no deseados,del 70% de las muertes maternas y del 44% de las muertes de los recién nacidos, así como también la reducción del 73% de los abortos «riesgosos» y del 60% de las discapacidades.
Este Informe ha sido financiado y redactado por una rama del Planned Parenthood, junto con el Fondo de Población de la ONU. Así se promociona el aborto como una vía para mejorar la salud materno-infantil. Los críticos sostienen que el único motivo por el que se apela a la muerte materno-infantil es la necesidad de conseguir una sensación de urgencia para que las naciones donantes inviertan en planificación familiar. Según el citado Informe, las ayudas a planificación familiar han disminuido mucho en cifras absolutas desde mediados de los años 90. Es la primera vez que el Informe Haciendo cuentas, que se viene publicando desde 2003, utiliza la salud materno-infantil para justificar la necesidad de invertir más fondos en anticoncepción y aborto a nivel mundial.
Con estas campañas, la difusión de la práctica del aborto se cebará en los grupos de menor poder adquisitivo, sin ofrecer alternativas reales a las madres gestantes.