Molduras: Bienvenido, Mr. 2020, a la tercera dimensión
Un nuevo año, una nueva década y una lista enoooorme de deseos por cumplir (la mayoría coleando de año en año, pero con la infinita esperanza de que se cumplan de una vez por todas ¡!) Claro, que no sé si habrás anotado lo más nuevo, lo que se ha ido cocinando estos meses pasados en las ferias deco. Si no es así, abre los ojos y suspira, porque seguramente engrosarán tu ya extensa wishlist
Adiós, aburrimiento
Adiós, paredes lisas; hola, tangram. Desde luego, nada nuevo sabiendo que el relieve ya tuvo su momento en el Antiguo Egipto, pero es que, como ya te he dicho 100 veces, todo regresa con ese je-ne-sais-quoi que nos vuelve a conquistar como tontos. Formas rectilíneas y arquitectónicas, materiales como las resinas, cementos o poliuretanos y el uso del color dan un enfoque nuevo a molduras que hasta hace unos días se consideraban «algo carcas» –y que conste que yo bebo los vientos por ellas
Como ejemplo, no podían faltar las molduras de
Orac Decor, que en pocos años han pasado de proponer sencillos rodapiés a molduras para tapizar toda la casa. En la foto, @virginiatash ha usado el modelo
Envelop para la edición #CasaDecor2019
Y aunque pueda parecer que solo las estancias amplias –o de techos altos– son las adecuadas para lucir esta marea 3D, las habitaciones más pequeñas también pueden beneficiarse. Es una forma de otorgar a las paredes el máximo interés para no tener que recurrir a mobiliario auxiliar o pequeños detalles decorativos, que sí podrían, literalmente, restarle metros.
Detalles clásicos, futuristas o vegetales, pero siempre con un diseño más limpio que las antiguas filigranas y fáciles de instalar. Este panel es un diseño del
@studioPaoloFerrari y aunque no sé si se comercializa, sirve para ilustrar la creatividad que las molduras pueden lucir.
Textura: nueva palabra del año
En el campo del azulejo y la cerámica, los relieves ya llevan su tiempo, pero no han sido santo de mi devoción hasta que me he tropezado con estos diseños en pequeño formato y !sin brillo! Tienen la capacidad de añadir volumen y carácter a cualquier espacio, sin limitarse a las áreas húmedas.
Lindsay Lang ha creado para
Domus una colección cápsula en cemento, inspirada en el metro londinense, que transmite sencillez a través de la repetición, la textura y los colores soft.
Maravillada estoy con la cerámica de
H+O. Su objetivo es que el azulejo sea el centro de la decoración y no un mero soporte. Regresan al formato pequeño, que puede combinarse de diferentes maneras para crear patrones únicos y jugar con sus juntas.
Más de
H+O (ya te dije que me habían flipado) — la cerámica al servicio de la imaginación, pues con un par de colores puedes crear infinitos diseños. Interesante también su azulejo perforado, que puede funcionar como una mampara o muro de separación.
Estas baldosas de
@AnnSacks aportan textura a la pared y la decoran sin necesidad de más añadidos. La luz se encarga de conseguir que el relieve brille por si solo. Diseño de @MKCArchitecture
Acción bajo el techo
Tradicionalmente, las molduras, rosetones y cornisas se han usado por motivos puramente ornamentales –y para dejar claro quien tenía casa de postín–. Sin embargo, gracias a la aparición de los leds, ahora pueden funcionar como iluminación perimetral (o central, a juzgar por la nueva propuesta de OracDecor abajo). También, separan estancias sutilmente pero con efectividad –máxime si, además, juegas con diferentes tonalidades para acentuar esa compartimentación–.
Orac Decor, con su nueva colección
Modern, ha sacado las molduras de la pared y les ha dado vía libre y aérea para que jueguen a su antojo con la iluminación general.
El techo puede ser el prota de la casa. En este diseño de
@colomboserboli se ha creado una caja con forma de semi-arco que oculta cables, tuberías y todo lo que haga falta, a la vez que reduce la altura visualmente y crea un paso acogedor.
No es que la jirafa sea un presagio de que nuestros cuellos se estilizarán de tanto mirar hacia arriba, pero techos texturizados como este podrían conseguirlo. Un diseño de @miguelm_interior para #CasaDecor2017
La madera también es un recurso fabuloso para dar calidez a las estancias disimuladamente y añadir interés a un techo que, en estancias muy amplias, puede resultar demasiado insulso. Papel pintado, simple pintura (lisa o figurativa) son también recursos que funcionarán a un menor precio. Diseño de
@TomRobertsonArchitects
En este piso, los clásicas molduras se han actualizado pintándolas de diferentes colores, en función del carácter de cada estancia. Una forma de bajar visualmente los techos y de separar sutilmente sus funcionalidades. Diseño del estudio
@colomboserboli
Nuevo clasicismo
Las molduras no están reñidas con las casas más actuales. Todo lo contrario. Es la tendencia pujante de estos últimos años. Casas rescatadas del pasado, que mantienen sus detalles arquitectónicos o se recuperan para que vuelvan a lucir su mejor palmito junto a un mobiliario actual y de diseño. Algo, a lo que ya nos tienen acostumbrados las casas hausmanianas francesas, sí, esas recargadas y excesivas que arrasan con sus motivos vegetales y sus inmensos rosetones –aunque las discretas también nos valen ;)–.
Difícilmente podemos aspirar a un piso de estas características, pero me sirve para que veas lo espectacular que resulta mantener esas huellas del pasado (y pensar que hay quien las encuentra y se las carga
ufff ) y combinarlo con mobiliario de diseño o incluso detalles industriales como las puertas acristaladas metálicas.
Molduras sencillas juegan con la pintura para crear nuevos territorios deco. Esta es la propuesta de Paint&PaperLibrary que propone seis combinaciones de blanco y negro. Este es el dúo Kohl y Minim.