Molestar y doler

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Repasemos.

Hay cosas que te van a molestar y cosas que te van a doler. El problema es que la gente se confunde. La gente va y confunde lo que le molesta con lo que le duele, lo que le duele con lo que le molesta.

Y es un problema, creo, porque lo que hay que hacer ante ambas situaciones es bien diferente.

En líneas generales, por cierto, porque tampoco podemos ir caso por caso. Ante lo que molesta, uno debe amigarse. Sí, claro, con la molestia. Una debe, lo digo como puedo, sintonizarse con esa molestia y de esa forma, entonces, la molestia jode menos, mucho menos. O no molesta en absoluto. Ante el dolor es distinto, pero básicamente lo que hay que hacer cuando duele es primero evitar, alejarse del dolor tanto como se pueda y entonces, acorralada como un jabalí contra el río, combatir, pero nunca en exceso. Sería, si se tratara de un combate de boxeo, de devolver la trompada, al dolor, una suerte de palo por palo.

Ejemplos los que quieras, miles. Si escuchas a las dos de la mañana el ruido del aire acondicionado de tu vecino, eso es una molestia. No luches contra el ruido, hazte amiga de ese ruido. Ese ruido será lo que te permita descansar como un bebé. No le toques el timbre a tu vecino, no vayas a ninguna reunión de la comunidad, no discutas.

Si acariciaste a un perro y te mordió la mano, eso es dolor. No lo sigas acariciando, puedes retirar la mano. Si el perro insiste en volver a morderte, aplícale una patada como puedas, corta. Tampoco saques la escopeta que te dejó tu abuelo y le pegues al perro tres tiros.

Eso es todo lo que tienes que saber. También es importante que vayas entendiendo, mientras tanto, que la vida no es mucho más, está hecha básicamente, de cosas que te molestan y cosas que te duelen.

El sufrimiento vendría a ser como los asientos tapizados de cuero de los coches nuevos. Opcional.

PD: Ningún perro resultó herido durante la redacción de este post.