Queridos amigos, la curiosa palabra que hoy os presentamos procede del latín mollitĭes, "blandura", a su vez de la raíz mollis, "suave"... Etimología esta, por cierto, emparentada con la de molusco, del latín molluscus, "blando" ;-)
Precisamente, nuestro sustantivo del día en su primera acepción define esa blandura -cualidad de blando- de las cosas al tacto... En la segunda acepción, sin embargo, este concepto evoluciona para denominar un cierto enfoque vital "blando" afín al significado de otras palabras como pereza, vagancia, ociosidad, holgazanería o haraganería...
...Lo describe magistralmente Julio Ramón Ribeyro (1929-1994, escritor peruano) al comienzo de su cuento homónimo, "La molicie":
Mi compañero y yo luchábamos sistemáticamente contra la molicie. Sabíamos muy bien que ella era poderosa y que se adueñaba fácilmente de los espíritus de la casa. Habíamos observado cómo, agazapada, en las comidas fuertes, en los muelles sillones y hasta en las melodías lánguidas de los boleros aprovechaba cualquier instante de flaqueza para tender sobre nosotros sus brazos tentadores y sutiles y envolvernos suavemente, como la emanación de un pebetero...
Os dejamos con un fragmento de Todos conspiramos, escrito por Mario Benedetti (1920-2009, escritor y poeta uruguayo):
...pero tal vez nuestra verdad sea otra
por ejemplo que todos dormimos hasta tarde
hasta golpe hasta crisis hasta hambre
hasta mugre hasta sed hasta vergüenza
por ejemplo que estás solo o con pocos
que estás contigo mismo y es bastante
porque contigo están los pocos muchos
que siempre fueron pueblo y no lo saben
qué bueno que respires que conspires
en esta noche de podrida calma
bajo esta luna de molicie y asco
quizá en el fondo todos conspiramos
sencillamente das la señal de fervor
la bandera decente con el asta de caña
pero en el fondo todos conspiramos
y no sólo los viejos que no tienen
con qué pintar murales de protesta...
¡Hasta la próxima siesta huyendo de la calvicie! ;-).