La escapada en la que conocimos este municipio probablemente haya sido el viaje en el que más nos ha llovido nunca. Una Semana Santa, que si bien, en casi todas llueve, en esa fue algo impresionante. Elegimos como destino la provincia de León, alojamiento en Ponferrada, y luego, en la medida que el clima lo permitió, nos dedicamos a conocer paisajes, pueblos y pequeñas ciudades con calma, muchísima tranquilidad y paraguas.
La provincia de León tiene muchos atractivos. Si te gustan los paisajes, por ejemplo, tienes Las Médulas, un paraje totalmente sorprendente. Si te gusta el turismo rural, hay numerosos pueblecitos que aportan paseos muy agradables y te incitan a la gastronomía, el reposo y la tranquilidad. Hace un tiempo, os hablábamos, por ejemplo, de Castrillo de los Polvazares. Y luego tiene ciudades como, por ejemplo, Astorga, con edificios tan sorprendentes en tierras castellano-leonesas como el Capricho de Gaudí.
Llegamos a Molinaseca con pocas pretensiones y, cuando cogimos desde la plaza del Cruceiro, la calle Real, con sus casas blasonadas, de piedra y travesaños de madera, con aspecto de palacios y casonas, unas al lado de la otra, empezamos a disfrutar.
La sorpresa se hallaba al final de la misma, allí el río Meruelo está cruzado por un puente medieval del s.XII, el Puente de los Peregrinos. Buen nombre para el lugar, desde donde acceden multitud de ellos para atravesarlo peatonamlente y adentrarse en la localidad a reponer fuerzas. Este puente tiene siete arcos, tres de ellos parecen parcialmente soterrados y se piensa que son los más antiguos. Y como decíamos, bajo el puente transcurre el río, que en verano se convierte en piscina improvisada donde refrescarse y disfrutar de las terrazas que se ponen alrededor.
En nuestra visita, en cambio, no estaba la meteorología para ofrecer una estampa veraniega, a pesar de ello, las vistas desde este lado del municipio, cruzando el puente son muy bonitas.
Sobresale por encima de los tejados que conforman las estrechas calles de la localidad el perfil de la Iglesia de San Nicolás Bari, del s.XVII. En su interior encontraréis un retablo barroco.
Pero si hay un templo que ha tenido importancia para Molinaseca es el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias. Tanta devoción parecía levantar este lugar santo que dicen que los peregrinos al pasar se llevaban astillas de sus puertas de madera como reliquias y que, por esta razón, tuvieron que cubrirlas de metal.
Desde hace tres años, este municipio se ha sumado a las fiestas del Magosto (o castañada), las cuáles os mencionamos porque se celebrarán próximamente, a principios de noviembre. El pueblo se envuelve de festividad con música, y los alimentos reyes del día son las castañas y los bollos preñaos (muy otoñal). Si viajáis, en cambio, a mediados de agosto, os encontraréis con una batalla de agua por sus calles, en sus populares fiestas del agua.
Molinaseca es uno de esos destinos que puede pasar desapercibido en nuestro denso mapa pero, si estáis por la zona de León, o tenéis planificado un viaje o escapada rural por allí, es una parada muy agradable en el camino. Bonita imagen, turismo tranquilo y gastronomía leonesa...
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