Cual retazos de luz, que se cuelan entre blancas cortinas, los pequeños detalles de la vida nos iluminan por un instante, dejando ver la magia que hay en ellos y descubriéndonos un mundo fascinante y, a la vez, misterioso, como un juego de sombras que siempre reta al reloj, para ver quién llega antes a la estación. Trenes fugaces que pasan en un suspiro, dejando tras de sí momentos que fueron o pudieron ser por miedo o desesperanza. Vagones envueltos de niebla, que siembran en su camino el miedo y la congoja por lo que puede ocurrir, por el próximo destino. Pero la vida es riesgo y si no te arriesgas no vives, no disfrutas y no podrás contar esos trenes que se te escapan. Tu mundo está lleno de momentos, de silentes fotografían que jalonan tu memoría de metas y fracasos, temblores y euforias. Lo efímero es la esencia de esos placeres que apenas sabemos disfrutar, sea por el ritmo de vida o porque tenemos una venda en los ojos. Lo cierto y verdad que tan sólo hace falta un segundo para que esos momentos efímeros se conviertan en recuerdos, en trenes que han pasado velozmente y no nos ha dado tiempo de contar las ventanas. Eutah Mizushima
Columpios en la memoria
Pero sí debemos recordar, vivificar esos recuerdos con la intensidad del ayer, con una energía próxima y querida, para tener la certeza de que hemos vivido con holgura ese tramo de vía. Lindezas de un camino, demasiado tortuoso, que nos empeñamos en dejar olvidadas o las enmascaramos, para tristeza de nuestros sentidos. Y como aquellos columpios de nuestra niñez, en la noche fría de invierno, ni siquiera la soledad los movera, entre silencios de risas infantiles.Debemos disfrutar de esos momentos de gloria, de sol, antes de que la oscuridad nos sorpenda y no sepamos dónde guarecernos. La luz es color, sonrisa y entusiasmo en nuestros pasos, mientras ojeamos álbunes de fotos amarillas repletas de recuerdos vívidos, de momentos que fueron efímeros y se grabaron a fuego en nuestra alma.Nunca debemos dejar de disfrutar, de vivir esos momentos irrepetibles, de sentirlos al pasar y contemplar como se nos eriza la piel con su prencia. Nunca debemos dejar pasar una oportunidad, una sóla, de vivir, de amar, de apasionarnos y de entusiasmarnos, porque si no lo haces, estás malgastando una vida. Aaron Burden¡No lo pienses! Disfruta del momento, de ese ahora que está viviendo. Arriésgate y toma partido en tu camino para disfrutar de esos destellos de luz que iluminan tus pasos. Ten por seguro que la oscuridad llegará pero ya te habrás llenado de energía y habrás disfrutado de esos detalles efímeros, que ya serán recuerdos, buenos recuerdos...