Es un tema tan bueno como otro cualquiera para un post, unas cuantas Cosas que (me) pasaron mientras escuchaba estas canciones.
Es invierno, está el cielo gris y llueve. Vamos en el coche a Los Molinos un sábado por la mañana, por la carretera de Colmenar, estamos ya en la zona entre Colmenar y Cerceda. A los lados hay campo, encinas, vacas, toros...y muy poco tráfico porque hace mal tiempo. El coche es un seat 131 blanco, con una tapiceria de cuadritos enanos rojos y negros y yo voy sentada detrás de mi padre que conduce. No consigo recordar si Pobrehermano Pequeño ha nacido ya o no, creo que si pero es muy pequeño. En el coche suena esta canción, que nos encanta...no sabemos quienes son, ni qué cantan, pero esta canción y la cinta entera nos fascina. A mi padre y Molimadre también debe fascinarles porque en casa, en Los MOlinos, está el también el disco en vinilo y no dejamos de escucharlo cuando estamos alli. Con los años, ésta otra canción sobre la amante traicionera, Cecilia, me fascinó...pero esa es otra historia.
Tengo 14, 15 o 16 años. Es invierno y vagamos por Los Molinos sin saber muy bien que hacer. Tenemos una edad en la que ya no montamos en bici (más que para ir de un lado a otro) porque es de pequeños, no jugamos al futbol y no sabemos muy bien qué hacer con nuestro tiempo cuando además hace mal tiempo y no podemos simplemente sentarnos en una tapia a ver las horas pasar. Tampoco tenemos dinero y si lo tuviéramos no sabríamos en qué gastarlo. Fede tiene 17 ó 18 y en su casa no hay nadie, está "sin padres" y claro.."sin calefacción". Nos da igual, es un "plan". Vamos para allá y nos sentamos en los sofás de cuero que están frios y escurren, con todas las persianas cerradas a ver por enésima vez The Wall...y filosofar sobre lo que quiere o no quiere decir. Pasan las horas...yo no comparto ese fervor místico que tienen ellos por Pink Floyd pero a mi absurda edad adolescente, ellos son mis amigos y padecer The Wall en bucle se ve compensado porque con ellos no tengo que ser nada...solo yo. Incluso puedo decir de vez en cuando..."me espanta este trozo". Fede lleva su plumas y unas zapatillas azules.
Verano. Hace calor y tengo también 15 ó 16 años. Voy en bici por Los Molinos buscando a mis amigos, es por la mañana, las 12 y media o así..demasiado pronto para que se estén bañando en alguna piscina. No consigo encontrarlos y al final están en "Ana María", una casa que conozco pero en la que no tengo confianza. Decido superar mi momento de timidez e ir a buscarles. Están en un sótano "estudiando"...desde la luz del sol que pega a mediodia en Los MOlinos, entro en el sótano y suena esta canción que odio profundamente y que a ellos les encanta. Es una canción que me incomoda muchísimo y que no soporto...Ángel lo sabe y siempre hace lo mismo...la canta y me mira cuando llega esta línea..."Y con los brazos en cruz/ te me haces transparente/ y eres como una balanza/con las pesas colgando por dentro" . Le odio por hacerme eso.
En mi primer coche, tengo 19 años. Es entresemana, no voy a clase aunque en casa he dicho que iba a pasar el día a la biblioteca para estudiar. He quedado con mi novio de entonces para ir a una fiesta de la primavera en la Autónoma. Tengo un radiocassette superguarrero en el coche y suena esta canción y todo el disco de Los Deltonos. En la fiesta de la primavera bebemos como bestias, hay porros a mogollón y el jersey de mi novio, que es marrón claro, huele fatal...una peste asquerosa que no sabemos cómo ha cogido.
Primavera, tengo 29 años. Sábado por la mañana, toca limpiar la casa, mi parte es el salón y el dormitorio. El Ingeniero limpia el baño y la cocina. Llevo un pantalón vaquero viejo y mi sudadera mugrienta de NY, limpio la mesa, quito el polvo de la tele, las sillas y me subo al sofá de cuadros azules y blancos que tenemos, para quitar la mierda de los libros de la estantería que hay encima. No llego hasta arriba del todo...y decido que llevo meses sin limpiar ahí. Salto del sofá y voy a por la escalera. La coloco y subo para limpiar lo que queda más arriba, está superalto y estoy a punto de caerme porque es una casa con techos altos. Entra el sol por las ventanas del salón que dan a un pato de manzana enorme y suena la música que he elegido yo...y derepente suena esta canción y sin saber muy bien por qué, salto de la escalera al sofá y luego bailo como una loca encima de la mesa, y voy saltando del sofá a la mesa y al revés. Cuando termina decido volver a ponerla para que me dure el buen rollo mientras sigo limpiando.
Tengo 40 años. Llevo unos vaqueros mugrientos que se me caen y mi sudadera de NY. Estoy apoyada en el respaldo de mi butaca roja mientras veo como las princezaz me hacen la enésima demostración de la coreografía que llevan practicando un par de meses. Sonrío...flipo con como baila M y como C intenta seguir los movimientos. Me espanta la canción pero por supuesto a ellas les flipa.
A lo mejor un día se acuerdan de ese momento, de mi y mi sudadera de NY, igual que yo me acuerdo del día que iba en el 131 escuchando a Simón & Garfunkel.