Desde el diálogoMomentos con sonrisas llenas de ternura y felicidad por la grata compañía de caras amigas, caras cercanas, que hacen diluir la espesura, la oscuridad de momentos extraños que tratan de apoderarse.Creando conversaciones sobre temática común con complicidad y empatía, sobre gustos y opiniones convergentes y encontradas. Caricias en las palabras, susurros en los oídos que nos llevan a recordar sensaciones, que siempre han estado presentes, por más que hayamos intentado dormirlas. Tienen demasiada acción y más juego aún cómo para irse a la cama tan pronto. Contínuamente tratan de abrirse paso, tan sólo están esperando a oir el timbre de llamada, ese que ellas conocen a la perfección, y que nosotros tratamos insistentemente no querer oirlo, porque nos hace recordar historias tristes, de fracasos, o abandono. Pero cuanto más tratamos de ocultarlas, ellas astutamente más alerta están esperando su oportunidad para brillar.Y son esas palabras oportunas, en momentos de conversaciones oportunas, que no han sido ensayadas, planificadas, buscadas. Simplemente son momentos que la quizás la vida nos va colocando a las almas que van buscando su lugar, su encuentro, los caminos que les llevan a su sueños.Palabras ya conocidas, viejas amigas de nuestro pasado, que vuelven al reencuentro en los momentos oportunos, que a base de experiencia hemos ido creando. Avisando de que una nueva aventura está por empezar.
Desde el diálogoMomentos con sonrisas llenas de ternura y felicidad por la grata compañía de caras amigas, caras cercanas, que hacen diluir la espesura, la oscuridad de momentos extraños que tratan de apoderarse.Creando conversaciones sobre temática común con complicidad y empatía, sobre gustos y opiniones convergentes y encontradas. Caricias en las palabras, susurros en los oídos que nos llevan a recordar sensaciones, que siempre han estado presentes, por más que hayamos intentado dormirlas. Tienen demasiada acción y más juego aún cómo para irse a la cama tan pronto. Contínuamente tratan de abrirse paso, tan sólo están esperando a oir el timbre de llamada, ese que ellas conocen a la perfección, y que nosotros tratamos insistentemente no querer oirlo, porque nos hace recordar historias tristes, de fracasos, o abandono. Pero cuanto más tratamos de ocultarlas, ellas astutamente más alerta están esperando su oportunidad para brillar.Y son esas palabras oportunas, en momentos de conversaciones oportunas, que no han sido ensayadas, planificadas, buscadas. Simplemente son momentos que la quizás la vida nos va colocando a las almas que van buscando su lugar, su encuentro, los caminos que les llevan a su sueños.Palabras ya conocidas, viejas amigas de nuestro pasado, que vuelven al reencuentro en los momentos oportunos, que a base de experiencia hemos ido creando. Avisando de que una nueva aventura está por empezar.