¡Morirás como Calvo Sotelo!
Mónica García Gómez, más conocida como La pistolera, es unaCree que todos los hombres son violadores y los mete a todos en el mismo saco.
Se sacó un master y un doctorado por la Universidad de Twerking de Minnesota.
Desarrolló su carrera como una simple anestesista izquierdista de mierda a la que nadie aguantaba en quirófano. Era muy conocida por ser delegada sindical liberada a tiempo completo desde tiempos inmemoriales, así que pocos quirófanos habrá pisado.
Vio en la política una oportunidad para no trabajar más.
En 2012 se unió a la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) como portavoz portavoza.
En esta época emulando a La Pasionaria cuando amenazó de muerte a Calvo Sotelo, hizo lo propio con Javier Fernández-Lasquetty apuntándole con su mano en forma de pistola y simulando pegarle dos tiros en el pleno de la Asamblea de Madrid.
En 2015 entró en Podemos. Exhibió su máster y su doctorado en Twerking. Contra todo pronóstico consiguió escaño (era la número 26).
Cuando Errejón fue purgado por Iglesias, se fue con él a Más Madrid. Para entrar en el partido devolvió el doctorado de Twerking, que según parece, no estaba homologado. Pero por lo menos no robó cremas como Cifuentes.
Aún así, de vez en cuando perrea en secreto, aunque más de una vez han llamado al 112 pensando que le estaba dando un ictus o un ataque epiléptico.
En 2021, como no había otro, fue elegida para luchar contra Ayuso y Pablo Iglesias en la Comunidad de Madrid.
Se auto-presentaba en un vídeo como la persona que hizo posible que en Madrid hubiese sanidad pública. Le faltó decir que es la inventora del tren y de la corriente eléctrica.
Su campaña se reduce en no parar de hablar de Isabel Díaz Ayuso. Es posible que hasta sueñe con ella.
Fuera de eso, sus prioridades son subir los impuestos a todos, pero reducir el IVA para que las mujeres limpiarse el chocho barato y cerrar el Zendal, destruirlo y montar una escuela de perreo.
Eso hasta que consiga un cargo de Ministra de twerkeo.
Y ya estaria... Difundid la palabra