Y no es la primera vez. Esta mujer, presidenta del Círculo de Empresarios, se caracteriza por ser una retrógrada de tomo y lomo en lo social y una empresaria mezquina e insensible cuyo único objetivo es hacer dinero pronto y mucho, justificando cualquier medio.
Por sus declaraciones la conoceréis. Aquello de que había que bajar el salario mínimo fue una de sus intervenciones “magistrales”. Y es que, según ella, los trabajadores no cualificados no sirven para nada, son una carga para la empresa, no deberían ganar tanto (645,30 €). Esta empresaria canalla debería darse cuenta de que hoy, hay muchos jóvenes formados o no que no pueden ni tan siquiera ganar esa cantidad porque no encuentran trabajo. Y que nuestro salario mínimo está a la cola de los países de Europa, siendo menos de la mitad que el de Francia o el de Alemania, por ejemplo.
Esta empresaria indeseable sigue en sus treces, haciendo que sus declaraciones ocupen titulares de los medios de comunicación por desvergonzadas e inmorales.
Así ha dirigido sus últimas reflexiones, dignas de un diccionario de disparates, a las mujeres y a la maternidad. Ha declarado que: debido a las leyes en vigor, hay que contratar a mujeres de menos de 25 años o mayores de 45, porque si se quedan embarazadas los empresarios se encuentran con el problema. "Si una mujer se queda embarazada y no se la puede echar durante los once años siguientes a tener a su hijo, ¿a quién contratará el empresario?” "El sacrificio para llegar a un puesto directivo tiene un precio y es: o te casas con un funcionario o tienes un marido al que le encantan los niños".
Como se puede ver un claro ejemplo de empresaria, mujer y madre de seis hijos. Un ataque contundente también a los funcionarios, según ella, los únicos que tienen tiempo para cuidar a sus hijos (lanzando la insidia de que trabajan poco). Claro que lo que no dice es que, en esta sociedad desigual, una mujer no tiene ese “problema” si tiene suficiente dinero para contratar a alguien que cuide de sus hijos, como sin duda hizo y hace ella.
Somos de los países que menos apoyamos la maternidad o paternidad (permisos, guarderías, prestaciones económicas). La tasa de reposición de la población es de las más bajas del mundo y de seguir así (además de la falta de sensibilidad que demuestra), nos encontraremos con problemas muy graves, puesto que dentro de unos años no habrá nadie que mantenga el sistema de la seguridad social y haga viable el pago de pensiones.
A esta mujer le importa un carajo los problemas sociales, ella es empresaria y cree, en su ignorancia supina y con una falta de sensibilidad social delirante, que lo único que hay que hacer es ganar dinero, obtener beneficios, aquí y ahora, aunque eso comporte no contratar a mujeres en edad fértil, con las secuelas sociales y económicas que conlleva.
Todavía no entiendo como no ha dimitido, y lo más grave es que ha dejado de ser una cuestión personal para convertirse en una declaración que no ha sido invalidada ni criticada por su Círculo de Empresarios, ese que preside. Lo lógico es que si esos empresarios, que la eligieron, no la apoyaran deberían haber puesto el grito en el cielo y haberla obligado a dimitir. Sin embargo, con su falta de respuesta lo que demuestran es que comparten las ideas de esta señora. Eso es lo más grave, no se trata de una anécdota sino de una reflexión compartida por muchos empresarios. ¡Qué país!
¡Pobrecilla!, acabo de leer que a las cuarenta y ocho horas de haber declarado esa ignominia, dice que nadie la entiende. Sin duda, Mónica Oriol es una incomprendida, una pobre empresaria que vive en un mundo al que tiene que domar por su bien, un mundo equivocado, donde sensiblerías como la igualdad de género, la protección de los hijos y los derechos humanos, en general, no son sino signos de debilidad, porque lo importante es el dinero. Naturalmente el que ella gana.
Salud y República