Hoy la Iglesia se llena de júbilo para celebrar una de las Fiestas más importantes para el Pueblo Cristiano, la Asunción en Cuerpo y Alma de nuestra Santísima Madre, la Virgen María, que como Arca de la Nueva Alianza, ha sido llevada a reposar en la gloria del cielo junto al Señor, quien en su dignidad de Verdadero Dios, no consintió que aquel vientre purísimo que le sirvió de Tabernáculo viviente, quedará sujeto a la corrupción.
Con el anhelo en nuestro corazón de compartir un día la gloria del cielo junto a María y todos los santos, para adorar juntos eternamente a Dios, nos ponemos de pie para iniciar esta Fiesta Eucarística con el canto de entrada.