Buenos días,
Congregados como hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesús, quien está en medio de nosotros, hoy recordaremos precisamente que la fe no es individual, sino que somos una familia y una comunidad cristiana, cuyos miembros siempre deben cuidarse, y por medio de la corrección amorosa y fraterna, exhortarse unos a otros para no verse desviados del camino del Señor.
Como hermanos en la fe de Cristo, iniciemos nuestra celebración de pie para entonar todos juntos el canto de entrada.