LOS ATASCOS DE MADRID
Esta mañana después de tardar dos horas en hacer un trayecto de veinticuatro kilómetros y estar atrapada en la M-30 la mayor parte de ese tiempo he creído conveniente realizar una reflexión sobre estos atascos que se forman en Madrid. Para los que vivís en un pueblo, como yo antes, y no hayáis vivido nunca un atasco (que suerte tenéis), un atasco en Madrid viene siendo una retención de vehículos, por causas muy variadas, que te hace ralentizar la marcha de circulación al ritmo de una hormiga y que pone a prueba la paciencia y los nervios de quien conduce hasta el límite de darse cabezazos contra en volante. Esto es un poco por abreviar.
Un atasco en Madrid puede formarse en cualquier parte de la ciudad, vas por el centro…Atasco, en las carreteras de circulación…Atasco, que te da por ir a visitar a una tía….Atasco, da igual donde viva. Bien es cierto que para coger un atasco de los buenos hay zonas con mayor probabilidad en función de las horas. En hora punta, en la M-30 y la M-40 encuentras atasco de subida por la mañana y de bajada por la tarde. Lo que es el centro de Madrid da igual la hora que sea ya que los semáforos se encargan de atascarlo cuando les viene en gana. Pero independientemente de que estas sean las áreas donde más atascos se producen, un atasco en Madrid te lo puedes encontrar, en cualquier momento, en cualquier lugar, a deshora y en cualquiera de sus formas.
Una mañana sales tranquilamente a trabajar y sueles salir con bastante antelación en previsión de que habrá atasco, porque a todos nos gusta ir por el mismo sitio, pero lo que no te imaginas es que es día, por cosas del destino, alguien va a pinchar una rueda, esa simple tontería que es muy susceptible de pasar, puede hacer que te retrases como una hora más en el atasco…¿Por qué?…Porque el pobre que pinchó ocupa parte de un carril para cambiarla o para esperar a que venga la grúa y se la cambie, y porque como nosotros somos muy, pero que muy cotillas, prácticamente cortamos el carril de al lado al conducir más despacio para cotillear, que no mirar, qué y a quién le ha pasado algo.
Otras veces el atasco se produce por un accidente y ese es el tipo de atasco que te hace sentir fatal, porque acabas pensando que tu estas jodido por tardar más, pero luego piensas como estará el pobre que ha tenido el accidente y te invade cierto sentimiento de culpabilidad. Menos mal que la mayor parte de este tipo de accidentes no son graves, precisamente por la falta de velocidad. Los accidentes más comunes en un atasco se producen por la falta de coordinación al frenar entre un coche, el de delante y el de detrás, que hace que se acaben juntando los parachoques de forma no muy cariñosa, pero claro ya tenemos que parar, hacer el parte amistoso…O discutir con el que te ha dado el golpe, lo que más te guste. Con todo eso volvemos a cortar un carril y el de al lado para mirar, y dado que en hora punta carriles no sobran sino que faltan…En un momento hemos cocinado diez kilómetros de atasco de los buenos, buenos.
Hay veces que pienso que un buen atasco debería estar incluido en cualquier ruta turista por Madrid, porque si vienes a visitar Madrid y no vives un atasco “como Dios manda” te pierdes algo importante de la ciudad...Es como ir a Nueva York y no intentar parar un taxi…Otra cosa ya es que pare, pues eso es algo así, que hay que vivirlo para ser consciente totalmente del caos que puede a llegar generarse en esta ciudad.
Ni hablemos ya si a todo esto se suma la lluvia, entonces ya el atasco es monumental. Como se le ocurra llover un poquito, no estoy hablando del diluvio universal…Digo llover un poquito, lo que es conocido en cualquier pueblo como “caer cuatro gotas”, la que se forma ya es épica, porque todo el mundo en Madrid asocia llover con coger el coche y no ir en metro…Lo que no saben es que el metro aunque llueva también funciona, la única diferencia es que tienes que ir con paraguas hasta que llegas a la parada. Y como esto no lo saben, todo el mundo es día coge el coche, y entre que hay más coches, que con lluvia la posibilidad de darle un “pequeño golpecito” al de delante aumenta, que coge el coche gente que normalmente no lo hace por un camino que no es el diario….Lo que salga de esa combinación no puede ser otra cosa que tres horas de atasco y ver un bonito amanecer o anochecer, depende de la hora del día, desde el volante de tu coche.
Algo que me resulta muy curioso es lo aceptado que está en Madrid el tema de los atascos, y me explico. En tu trabajo llegas un día tarde porque has ido al médico y habrá jefes que te miren raro, pero llegas tarde porque había mucho atasco y mejor aún, porque llovía y había atasco…Y no pasa nada, está perfectamente aceptado, nadie va a tener la más mínima sospecha sobre si eso es verdad o mentira.
Es demasiado curioso cómo en una gran ciudad donde todo va a diez mil revoluciones por segundo, el mismo ritmo incesante obliga a frenar por la conjunción de muchos ritmos incesantes en el mismo espacio y lugar, como si de un cortocircuito se tratara, y de qué forma en una ciudad más pequeña donde todo es más tranquilo esto no llega a suceder porque cada cual lleva su propio ritmo. Parece una utopía que cuanto más acelerado es el ritmo, mayor sea el atasco provocado, bueno, pensándolo mejor, no sé si una utopía o un mecanismo que regula el ritmo del tiempo de tal forma que nos hace recordar que no siempre podemos ir tan deprisa y que hay veces que es necesario frenar e ir más despacio para poder seguir avanzando, de tal forma que me llega a hacer reflexionar sobre el famoso refrán castellano que dice “cuanto más deprisa más atasco…digo más despacio”. Será que todo lo que se acelera más tarde o más temprano tiende a frenar, mientras lo que se mantiene a un ritmo, aunque más lento, constante, tiende a la estabilidad.
P.D.: Si te gusta la lectura puedes leernos también en: http://www.puntorojolibros.com/todas/Ironias-de-la-vida.htm