PASEAR POR EL CENTRO DE MADRID EN NAVIDAD.
Un día de Diciembre (preferiblemente fin de semana), te levantas y piensas: Voy al centro (de Madrid) a ver la decoración navideña. Y ese es el día que descubres que tienes más empatía con el mundo de lo que tu creías, porque resulta que han debido de pensar los mismo dos millones de personas de Madrid y alrededores. Lo que acabara convirtiendo tu idílico paseo en una carrera de obstáculos…Mejor dicho, más bien de apartar obstáculos para intentar siquiera el poder dar un par de pasos hacia donde tú quieres y no ir donde te lleve la marea humana de gente que ha asaltado, literalmente, las calles.
Cuando vas llegando al centro vas viendo una cantidad inmensa de gente y piensas: ¡Mierda!, he tenido que venir hoy que había manifestación, pero no, según te acercas a esa gente observas que no es gente protestando, es gente feliz y contenta paseando por el centro de Madrid…O al menos intentándolo. ¿Por qué es gente feliz y contenta? Porque son las 11 de la mañana, esperar a las 6 de la tarde y veréis esa estampa tan navideña de una madre gritando a los niños para que se muevan porque ya han visto quince veces “Cortilandia”, un padre que se abre paso como puede con el carrito del niño, una chica que intenta comprar un vestido en las tiendas del centro y no puede ni entrar a ellas porque están llenas de gente, el novio de otra que si que pudo entrar cargado con veinte bolsas porque a su correspondiente novia le dio la fiebre consumista navideña, una cola de gente inmensa para poder comer en el restaurante más cutre que has encontrado porque es en el que menos había que esperar … Y así un sinfín de historias que te hacen volver a casa con un cabreo monumental y unas ganas inmensa de acordarte de la madre del que tuvo la genial idea de poner la Navidad en el centro de Madrid. Pero como de una Navidad a otra pasa un año, al año siguiente repetimos el mismo procedimiento porque ya se nos ha olvidado el cabreo.
Bueno, vamos a hablar del recorrido, empiezas en la Plaza de España por aquello de que hay puestecitos y así nos damos un paseo por Gran Vía de camino a Callao…Vistos los puestecitos empiezas a subir la cuesta de Gran Vía, eso sí esquivando a gente, cuando llegas a Callao y miras hacia abajo por la Calle Preciados para llegar a Sol, empiezas a plantearte la estrategia de cómo caminar por esa calle, ya que desde el punto en el que ahora estas solo se ve una marea de gente y parece que en la calle no coge un alma más, pero sí, sí que coge, esto es como el maletero de los coches cuando vas de viaje que piensas que no va a cerrar y cierra, pues esto es igual, te aprietas un poquito, te fusionas con el resto de la gente y puedes atravesar la calle. Eso sí, siempre que vayas a favor de la gente, es decir, en sentido de bajada desde Callao a Sol, porque si lo intentas al revés ¡¡¡Es imposible!!! Como he dicho tienes que dejarte llevar a donde vaya la gente…Pues la gente va a ver un “espectáculo” musical muy mono colocado en la puerta del Corte Inglés que para nada (pillen la ironía) pretende hacer ningún tipo de publicidad, solo pretende felicitarnos las fiestas, por eso su famosa canción: Cooortilandia, cooortilandia…. De la que acabaras hasta las narices, porque aunque seas de los afortunados que solo escuchen una vez este gran éxito y disfruten una vez de ese gran teatro que ponen en la fachada con muñecos articulados que cantan y bailan con voz de pito, la puñetera cancioncita se te meterá hasta el último rincón de tu cerebro y no pararas de repetirla en tu subconsciente por lo menos hasta el quince de Enero…Con suerte…Creedme que el compositor de dicha canción en estas fechas deben de pitarle los oídos lo que no está escrito.
Cuando sales de esa fiesta de luz y color navideños que es “Cortilandia”, vuelve a traicionarte el subconsciente, en el sentido que, cuando estés atravesando la Calle Preciados, que para el que no sea de Madrid, es esa calle que sale todos los años en las noticias, enfocándola desde arriba y se ven miles de personas como hormiguitas intentándose abrir paso entre la multitud, con esa cantidad de gente pensaras que lo peor está pasando y que cuando llegues a Sol va a estar todo más “descargadito” de gente… Pues va a ser que no…Lo mejor está a punto de empezar, la Calle Preciados es solo un aperitivo, porque si vas a favor de la gente es fácil de cruzar, el problema grande empieza al llegar a Sol.
La Puerta del Sol, atendiendo a su fama de inicio y cruce de caminos, ese día más que nunca se convierte en eso y no porque ese sea el “KM 0” de las carreteras españolas, no, es porque en ese momento se desata el caos, si hasta ahora habías ido bien por la Calle Preciados porque ibas a favor de la gente, ahora no hay a favor ni encontrar, es todo un caos donde va y viene gente por todos lados, entran y salen del metro, ves gente esperando a gente, entre tanto mil puestos de lotería, un par de mimos y un árbol de navidad enorme, que de árbol tiene poco porque es una estructura de metal, pero ¡Oye!, queda bonito. Aquí es donde empieza la verdadera carrera de obstáculos, porque para cruzar Sol e intentar encauzarte hacia la Plaza Mayor, puedes tardar entre dos horas y cuatro, todo ello después de apartar gente hasta decir basta, hacer mas regates que Messi o Cristiano Ronaldo inspirados, chocarte cincuenta veces con cualquier cosa o persona que se te ponga en el camino y salir de allí bendiciendo en Arameo y jurando que nunca, nunca más volverás…Lástima que las próximas Navidades te quiten la razón.
Luego comienza la etapa que yo llamo de escalada, y es atravesar esa calle pequeñita que une Sol con la Plaza Mayor, así un poco inclinada, llena de gente, con un montón de puestecitos y Top manta a ambos lados de ella y para rematar, por si no había suficiente gente, ponen un Mc Donalds en la esquina, que eso siempre llama a la gente, total que de ahí a más de uno se lo han tenido que llevar directo al manicomio después de liarse él solito entre la gente dando vueltas sin sentido.
Por fin llegas a tu objetivo…La Plaza Mayor…Para ver y disfrutar todos sus puestecitos…No es por joder…aunque un poco también, si hay que ser sinceros, no sé si os habéis dado cuenta que en los puestecitos de la Plaza Mayor encuentras lo mismo que unos “Chinos” solo que con el precio multiplicado por siete…De hecho encuentras hasta el mismo chino que había en la tienda…Ahí dejo esa reflexión…Pero bueno, era el objetivo a alcanzar y te sientes como si hubieses ganado la maratón de Nueva York. Después de todo este esfuerzo intentas comer y te das cuentas que o te vas al Mc Donalds que has visto antes o es misión imposible. Pero no, tienes que comer en la Plaza Mayor o por favor o por narices que para eso has ido hasta allí y has cumplido con el ritual de tópicos de la Navidad madrileña…Al final te quedan dos opciones, o comer de pie en cualquier rincón de la plaza un bocadillo de calamares para seguir con el tópico o hacer una cola de dos horas en cualquier restaurante (y normalmente será el peor, porque será en el que menos haya que esperar) para poder comer tranquilamente sentado en un rincón diminuto, porque hay poco espacio para mucha gente y cada vez que intentes coger los cubiertos le acabaras dando un codazo al que tienes al lado y al que no tienes también.
Hombre, yo entiendo que hay que cumplir con las tradiciones y todas esas cosas, pero someterse a semejante tortura un fin de semana, pues lo mismo es pasarse tres pueblos, yo propongo un acuerdo tácito, que los días de Lunes a Viernes vayan al centro la gente de Madrid y los fines de semana se lo dejamos completo a los que vengan de fuera y así quieras que no repartimos un poco entre todos las Navidades.
Siempre dicen que la Navidad, es tiempo de unión, amor y paz… ¡Hombre! Paz y amor no creo que haya mucho un día de estos en el centro de Madrid, pero unidos, unidos sí, mucho…Mucho porque si no, no cogemos y porque aquel refrán tan castellano de “Culo veo, culo quiero”, parece que funciona mejor de lo que creemos y tenemos que ir todos el mismo día al mismo sitio que si no… Como que no nos luce… Y una Navidad sin luces…Cómo que no es lo mismo…Así que a lucir…O a lucirnos…Aunque sea sufriendo y todos el mismo día…Que para una vez que nos da por ponernos de acuerdo en algo…Echémosle la culpa de esa compenetración a la Navidad y no lo vamos a estropear.P.D.: Si te gusta la lectura puedes leernos también en: http://www.puntorojolibros.com/todas/Ironias-de-la-vida.htm