Sinopsis:
El móvil nos ha hecho la vida mucho más fácil. Pero también ha introducido en nuestra existencia conceptos
misteriosos como MMS, roaming o texto predictivo. En el presente libro, varios de los monologuistas y
guionistas más prestigiosos de nuestro país nos confiesan con mucho humor sus anécdotas móviles, para que se vea que en el fondo hay mucha más gente que también tararea politonos singulares y exquisitos, pierde el teléfono dentro de su propio bolso o siempre se olvida de cargar el móvil el día que espera esa llamada tan importante.
Opinión:
Impresión: JA, JA, JA (sarcástico ¬¬)
Como sabréis los asiduos al blog soy muy fanática de los monólogos. He leído ya varios libros de El club de la comedia, todos los de Piedrahita y me pirran los libros divertidos. Por eso, empecé este libro muy esperanzada y al final me he llevado un chasco: es uno de los libros de humor más aburrido que he leído hasta ahora. Y por si fuera poco, pesa un huevo porque sus páginas son especiales, como plastificadas, y están en color e incorporan imágenes.
Normalmente, en estos libros humorísticos, empiezo a marcar citas sin ton ni son, y al final he de hacer una selección de las más graciosas para subirlas a la reseña, pero en esta ocasión no ha hecho ni falta. Sí, las citas que iréis leyendo a lo largo de la reseña serán graciosas, pero ya os aviso de antemano que es casi lo más gracioso que he encontrado.
¿Y qué tiene el libro que me haya gustado tan poco? Para empezar, que es monotema: los móviles. Si ahora os pidiera que dedicarais cinco minutos a idear un monólogo sobre móviles, hay tanto de que hablar de ellos que se os ocurrirían mil y una ideas. Y es que es un tema que da para más de un monólogo, sí, pero no para rellenar doscientas páginas. Y es que llega un momento en que ya te aburre hablar de lo mismo, y los monologuistas se centran tanto en el detalle que pierde la gracia.
Pero ese no es el principal fallo. El problema más grande es el público al que va dirigido este libro. Como sabemos, la industria del móvil avanza a pasos agigantados: no has comprado uno nuevo cuando ya sacan otro mejor. Pues bien, este libro se publicó en 2009 y la verdad es que está bastante anticuado.
Que me diréis, ¡si solo han pasado cinco años! Pues esa diferencia se nota y mucho, y a medida que pasen los años se notará más aún. Este era un buen libro para leer en el momento en que salió, pero ahora ya habla de cosas que no son cotidianas para nosotros: las perdidas, los SMS, los politonos, Bluetooth...En esa época, los móviles no tenían todas las aplicaciones de ahora, no se usaban tanto como ahora, no eran táctiles, no hacían fotos geniales, no se conectaban tanto a internet, no tenían Whatsapp,...
Y eso hace que con muchos chistes no me ría, por una parte, porque no lo he vivido (en 2009 no tenía móvil) y por otra porque es algo que ya no me afecta:
Cuando uno sale a correr, normalmente lo que hace es dejar el móvil en casa para que no le llamen, pero si usas el cronómetro, te lo tienes que llevar encima. Y si eres el que tiene un teléfono tamaño filete de San jacobo, a ver de dónde te lo cuelgas, con lo que abultan.
Lo de la grabadora, por su parte, no tiene mucha utilidad, porque las grabaciones en los móviles normales suelen durar unos 30 segundo. En ese tiempo solo entra la primera frase de una conferencia, la primera pregunta de una entrevista o el final de una misa.
Hay otra cosa que caracteriza mucho este libro y es que incorpora un CD. ¿Veis como no está actualizado? ¿Quién usa CDs actualmente? En fin, en cierto modo, me ha gustado. Al leer un libro de monólogos, la queja tradicional es "no es lo mismo que verlo y oírlo", así que, precisamente por eso, en el CD podemos ver y oír a los monologuistas representando algunos de los monólogos. Como digo, la idea es buena, ahora el desarrollo ya es otro cantar.
Para empezar, los monologuistas van muy apresurados, como si no tuvieran tiempo, yendo con muchas prisas. Además, usan un lenguaje muy dirigido, con poca espontaneidad, demasiado preparado todo, con palabras más propias de un texto escrito que oral. Y por si fuera poco, también actúan algunos "artistas invitados" que no suelen hacer monólogos, por lo que se nota mucho su poca capacidad en ese aspecto y es que tienen tan poca gracia que en algunos momentos casi tienen que obligar al público para que aplauda, que mirad que es de triste eso.
Pero bueno, no estoy aquí para criticar el vídeo, si no el libro. ¿Y como se relacionan? Pues bien, como he dicho antes, me parece bien eso de poder ver y leer los monólogos al mismo tiempo, pero a) no siguen el mismo orden en el libro que en el vídeo y b) son una absoluta transcripción y eso es algo que no se puede tolerar.
Me ha indignado mucho encontrarme información sobre los gestos que hacen o referentes que no están en el texto. Me ha parecido indignante no encontrar una adaptación adecuada a los textos, de manera que se dan lugar a cosas como estas:
El primero, el aburrido, el triste (generalmente, género masculino, no nos engañemos, la cosa es como es): móvil ubicado en una fundita colgada del cinturón. Aquí, ¿eh?
Y ahora, este que os voy a presentar, pues, es,...le tengo mucho cariño, porque, en realidad, soy yo. Es...la despistada. ¡No soy perfecta, qué se le va a hacer! Es que yo soy un desastre con el móvil: Lo pierdo, lo cargo, lo descargo,...No sé...Bueno, voy a llamar a alguien, como tampoco veo bien (no soy perfecta), pues siempre llamo a la persona equivocada, y...oye, por otro lado tiene ventajas, porque conozco a mucha gente y, bueno, no sabéis qué éxito, qué bien me va...Bueno, va, no quiero contar dinero delante de los pobres...Es que no, de verdad que me va muy bien. ¡Te lo juro!
A lo tonto a lo tonto ya me va quedando casi un cuarto de hora menos de vida. Parece mentira, ¿eh? Parece que fue ayer cuando me pitaba el móvil [cantando] "Mensaje. Eh. Eh. Mensaje. Eh. Eh". De hecho lo fue, pero no nos perdamos en detalles tontos. Con qué alegría me avisaba él. Con qué ilusión lo cogía yo. Un mensaje nuevo. Para mí. Quién iba a imaginar que iba a ser el último. Un poquito de emoción, ¿no? Venga, todos: Ooooooh. Musiquita de ambiente. Tinoninoniiii...A media luz.
En conclusión, este es un libro con poca gracia, con una buena intención, pero de poca calidad, que además pesa un huevo, y está pasado de moda. Lo iba a poner en mi progreso de lecturas de Goodreads, pero es que ni aparece allí y me daba demasiada pereza añadirlo. No lo recomiendo para nada.
PUNTUACIÓN...1/5!