Ya casi nadie discute que el monoplato ha venido para quedarse dentro del ciclismo de montaña. Sólo hay que acercarse a cualquier marcha de mtb y darse cuenta de que cada vez son más las bicicletas que cuentan con este sistema de transmisión.
No obstante también es una cuestión de moda, ya que las transmisiones de dos platos son también muy efectivas, y en determinadas circunstancias incluso serían más recomendables que las de un sólo plato.
Transmisiones monoplato
Estas transmisiones están compuestas por un sólo plato, que suele estar comprendido entre los 30 y los 36 dientes, y un cassette con 11 o 12 velocidades.
Una de las grandes ventajas que tiene esta transmisión es el peso. Se puede ahorrar en torno a 500 gramos respecto a una transmisión de dos platos. Por lo tanto, para aquellos que le den mucha importancia a este parámetro es una buena opción.
Sin embargo esta transmisión también tiene inconvenientes. El primero de ellos es el precio. Estas transmisiones son más caras que las de doble plato, a pesar de que son más simples y llevan menos componentes. Pero ya se sabe, las innovaciones hay que pagarlas.
Además no tenemos un rango de desarrollos tan amplio como en una transmisión de doble plato. En estas transmisiones se suele perder desarrollo en alguno de los extremos, ya sea en el desarrollo máximo o en el mínimo. Aunque bien es cierto que esta desventaja se va solucionando cada vez con cassettes que tienen un mayor rango de desarrollo, como el Sram Eagle (12 velocidades con un desarrollo 10-50).
Transmisiones de doble plato
Estas transmisiones son muy fiables y tienen un funcionamiento mucho más suave que las transmisiones de tres platos.
Una de las ventajas que tienen respecto al monoplato es el precio, ya que son más asequibles económicamente.
En cuanto a desventajas respecto al monoplato tendríamos el peso y la mecánica. Al tener que cambiar de plato hay más probabilidades de sufrir alguna avería mecánica en la transmisión. Además en condiciones de barro funcionan peor que las de un plato, ya que el barro se queda incrustado en el desviador y hay ocasiones en las que es realmente complicado cambiar de plato cuando lo deseamos.