Monreal, un pueblo con un par... de tetas.

Por Ireneu @ireneuc

Mapa geográfico

"Monreal, cuatro casas y un corral", y no es para menos, ya que este simpático pueblecito, perdido en la inmensidad de la llanura de La Mancha conquense entre Quintanar de la Orden y Belmonte, con sus 79 habitantes es uno de los más pequeños de la comarca. Sin embargo, y a pesar de que por su humildad no pareciera que pudiera destacar por nada (aparte de haber jocosamente coorganizado los juegos olímpicos de Montreal 1976), es el único pueblo de la zona que puede decir orgulloso que luce un buen par... de tetas.

Las Tetas de Monreal

Efectivamente, si usted visita este pueblo viniendo por la carretera que une Monreal del Llano con Los Hinojosos (la CU-V-3011), en el kilómetro 6, podrá ver las hermosas Tetas de Monreal, verdadero signo de identidad de este pequeño pueblo. Eso sí, si pensaba encontrarse con una buena moza con un par de cántaros bien puestos, se va a llevar una desilusión, ya que la moza, en este caso es la misma naturaleza y las "tetas" un par de cerros que por su simetría asemejan los pechos de una mujer.

Cerro testigo del Oeste americano

Las Tetas de Monreal, llamadas oficialmente -aunque nadie lo use- el Cerro de las Atalayas, no son más que un par de cerros testigo, pequeños promontorios de zonas planas en que debido a la erosión diferencial del terreno circundante, han quedado aislados, dando lugar a un paisaje muy particular. Quién más, quién menos ha visto los cerros testigo del Far West, pues aquí, lo mismo pero con la modestia típica de la zona.

 

Mapa detallado

En el paisaje monrealeño, nuestras protagonistas se elevan unos 40 metros respecto la llanura que ocupan los campos de cereales que las rodean, encontrándose a 783 metros el "pecho" norte y a 779 el "pecho" sur, mientras que el "canalillo (entiéndase el collado que las separa) está a 768 metros de altitud respecto el nivel del mar, convirtiéndolas en unas atalayas inmejorables para otear la región -de aquí su nombre oficial. 

Mapa geológico de la zona

Geológicamente hablando, las cimas -lo que diríamos los pezones- están formados por calizas miocénicas correspondientes al turoliense (unos 10 millones de años), que tienen una dureza y una resistencia a la erosión muy superior a la de la capa inferior, formada por limos y arcillas rojizas blandos que es donde se ubican los campos de cultivo. Es, justamente, esta diferente erosión y composición de unas partes respecto otras la que ha permitido la formación de los cerros, que no se hayan cultivado las partes altas de las Tetas y que las calizas que las coronan sean los últimos testimonios de un estrato geológico cuya continuación no se puede encontrar más que a muchos kilómetros de allí.

Las Tetas, desde la Cu-V-3011

Sin embargo, no todo acaba en tierra y piedras para las Tetas de Monreal. La magia que desprenden estas modestas colinas para los pueblos que desde la antigüedad han habitado en la región, ha creado la leyenda de que hace muchos años había habido minas que extraían oro de ellas. Leyenda que, a pesar de no existir más allá de la imaginación de los lugareños, es un fiel reflejo de que, en lo más profundo de estos pechos totalmente naturales, late algo de mucho más valor que el vil metal: el corazón de La Mancha.

Las Tetas de Monreal  en primavera


Fuentes consultadas: