AGO 08, 2019- 08:57
La Fuerza Armada de El Salvador paga un salario fijo mensual a todos los sacerdotes que están nombrados como capellanes militares y que están distribuidos en toda la institución armada, según documentos oficiales.
Hasta septiembre de 2017, la institución armada tenía en sus planillas a 15 religiosos católicos con grados asimilados (honoríficos) desde general de división (el máximo grado militar dentro la Fuerza Armada) hasta capitanes.
Cada uno devenga un sueldo fijo y están contratados por Ley de Salarios, según reza un documento extendido por la Oficina de Información y Respuesta del Ministerio de la Defensa Nacional.
Entre los 15 religiosos nombrados como capellanes, uno era general de división, hay un coronel, dos tenientes coroneles,tres mayores y ocho capitanes, cada uno de los cuales tiene asignado un salario igual a los militares de carrera que ostentan el mismo grado militar.
En total, y hasta septiembre de 2017, en esos 15 capellanes militares, la Fuerza Armada hace una erogación mensual de 25,368.50 dólares mensuales, cantidad que en el año asciende a 304,422 dólares.
Ipsfa pensiona a Fabio Colindres
El 23 de julio anterior, el Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (IPSFA) resolvió otorgar una pensión mensual de 3,154.60 dólares y entregar como fondo de retiro, en un solo desembolso, la suma de 94,638 dólares a Fabio Reynaldo Colindres Abarca, luego de que éste lo solicitara, según la resolución No. GC-28489-2019 firmada por el gerente general René Antonio Díaz Argueta.
Colindres Abarca comenzó como capellán militar en 1989 hasta alcanzar el máximo grado militar (general de división) y religioso, al ser nombrado obispo castrense hasta principios de 2018 cuando el Papa Francisco lo nombró como obispo de la Diócesis de San Miguel, cargo que asumió a principios de abril de ese mismo año.
De acuerdo con fuentes militares y al acuerdo del IPSFA, a Colindres Abarca le ha sido asignado el cien por ciento de su salario asignado, igual que se le asignaría a un general de división que por 30 años o más trabajó en la Fuerza Armada comenzando desde cadete en la Escuela Militar.
Colindres Abarca tuvo una participación muy activa como mediador en la tregua con pandilleros que realizó el gobierno de Mauricio Funes, en la que se les otorgó muchos beneficios a cabecillas de pandillas para que supuestamente redujeran la cantidad de asesinatos.
En ese proceso también estuvo involucrado el general de división David Victoriano Munguía Payés, cuando éste fungía como ministro de Seguridad Pública.