¿Pero qué observarán con tanta atención estos peques? La solución en la foto siguiente.
Javier Rico
Este fin de semana se celebra el Día de las Aves en España, con más de cuatrocientas actividades repartidas entre la península y las islas coordinadas por SEO/BirdLife. Algunas de ellas se centran en zonas verdes urbanas, como los parques de la Granja en Santa Cruz de Tenerife, Alamillo en Sevilla, Retiro en Madrid o el Boulevard en Donostia/San Sebastián. Este será también el escenario, la biodiversidad urbana, en el que Aver Aves lo celebrará, cosa que ya adelantamos el pasado domingo con la asociación de madres y padres de alumnos (AMPA) del colegio El Espinillo. Un recorrido por el parque del mismo nombre, pegado al centro escolar, sirvió para demostrar que estamos en el mejor momento para homenajear a las aves.
Solo nos faltó ver una gaviota. “Yo la he visto, acaba de pasar”, aventuraba emocionado uno de los peques de la salida con el AMPA El Espinillo, aunque no lo pudimos corroborar nadie más del grupo para dar el avistamiento como bueno. Y es que celebrar en estas fechas el Día de las Aves, especialmente en España, tiene su miga y su porqué.
En los albores del otoño que vivimos, es el momento en el que están aún por aquí (el parque de El Espinillo está en el distrito madrileño de Villaverde) golondrinas y aviones comunes (los vimos); hacen parada y fonda migrantes camino de África, como el papamoscas cerrojillo (lo vimos); y comienzan a llegar invernantes procedentes del norte de Europa, como las gaviotas (se resistieron).
Aquí está la protagonista del primer avistamiento con el AMPA El Espinillo, una tórtola turca
Para no variar, la primera especie que avistamos con el AMPA El Espinillo ya se convirtió en un espectáculo para grandes y peques. Una tórtola turca concentró las miradas y comentarios del grupo, como si fuera la primera pieza “cobrada” en un safari fotográfico o pajarero por una selva tropical, con la diferencia de que en este caso la ruidosa M-40 repleta de tráfico, una vía de tren, obras en el camino y edificios por doquier nos recordaban nuestra menos bucólica ubicación geográfica.
Daba lo mismo, había comenzado un safari urbano en el que caían en cascada especies que hasta ese momento, y a pesar de que estudian y viven al lado del parque, les habían pasado desapercibidas. Mirlo común, papamoscas cerrojillo, urraca, cotorra argentina, gorrión molinero, lavandera blanca, pito real, paloma torcaz, golondrina común, avión común… Hasta ese momento nadie había tenido el detalle de presentarles tan maravilloso elenco de avifauna urbana. Una vez más, Aver Aves hizo los honores.
Un habitual ahora de parques y jardines, en pleno paso migratorio: papamoscas cerrojillo
Pero los estudiantes del CEIP El Espinillo y sus familias tienen un aliciente más para continuar esta afición por el pajareo que comenzó el pasado domingo. Al final del parque de El Espinillo tienen el cauce del río Manzanares, y justo un tramo donde, tras pasar hormigonado por Madrid Río, la vegetación de ribera (álamos, tarays, olmos…) comienza a hacerse fuerte, a pesar de la amenazante presencia, cada vez más patente, del ailanto.
Al poco de entrar la comitiva del safari en el Nilo, perdón, en el Manzanares, los exploradores (aquí sin perdón porque pocos viandantes que frecuentan las orillas de este cauce suelen salir de los caminos más trillados como hicimos nosotros) tuvimos la oportunidad de divisar el descanso a la sombra de ánades azulones y gallinetas comunes. De fondo, los ruiseñores bastardos nos anunciaban con su contundente canto que también estaban allí; como los mitos, más modestos pero más melódicos en su trino.
Al pico picapinos le vimos en la guía y a su nido en un álamo a la orilla del río
Fue una celebración por adelantado del Día de las Aves a la que daremos continuidad mañana con uno de nuestros “biciaves” por la ciudad. Te animamos a que lo celebres tú también en el parque, jardín, bulevar o descampado que hay al lado de tu casa. No te puedes ni imaginar lo que vuela y pía por allí. Las familias del cole El Espinillo tampoco se lo imaginaban y ahora son creyentes devotas de la biodiversidad urbana. Y gracias a las aves.
Cigu, nuestra mascota, saludando al ave que anuncia nuestra salida con el AMPA CEIP El Espinillo
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