"No sólo de tartas vive el hombre". Por este motivo, hoy os explicaremos cómo montar claras a punto de nieve. ¿Por qué? Porque se trata de algo que se utiliza en muchas recetas de cocina en general y de repostería en especial. En nuestras recetas necesitaremos en numerosas ocasiones claras a punto de nieve, por lo que es conveniente saber montarlas de forma adecuada.
Veréis que es más fácil de lo que parece...
Para montar las claras a punto de nieve debemos considerar las siguientes cuestiones:
- Es muy importante que las claras no contengan ningún resto de yema: sólo queremos claras. Hay que prestar especial atención a esto cuando las estemos separando.
- El recipiente donde vayamos a montarlas debe estar perfectamente limpio y seco. Si contiene trazas de grasa, el efecto sería el mismo que si las claras tuviesen restos de yema: no se montarían adecuadamente.
- Durante el proceso de "batido" es importante ir añadiendo aire a las claras. Para ello utilizaremos movimientos circulares suaves de abajo a arriba.
- La sal y el azúcar son tus amigos. Durante el "montaje" podemos añadir un "pelín" de sal a las claras para que ayude a "cuajarlas" y montarlas bien. Luego os explicamos cuándo. Del mismo modo, si la receta es para repostería, podemos añadir un poco de azúcar para que también nos ayude a montarlas.
- Separamos perfectamente las claras de las yemas.
- Las claras las habremos vertido sobre un recipiente seco y libre de restos de grasa.
- Batimos ligeramente con un tenedor, hasta que hayamos "destruido" la estructura de las claras y todas se hayan integrado.
- Seguimos batiendo a mayor velocidad. Lo ideal aquí es disponer de una batidora eléctrica.
- Cuando obtengamos una especie de crema, añadimos el "pelín" de sal y el azúcar, si procede.
- Seguimos batiendo, a mayor velocidad, con la batidora eléctrica.
- Durante todo el proceso, habremos añadido aire a las claras mediante la realización de movimientos circulares suaves de abajo a arriba.
- Al final obtendremos una especie de merengue. Si le damos la vuelta al recipiente, y las claras se agarran, ¡enhorabuena! Has montado tus claras correctamente.
Este ejemplo es con seis claras.
Separamos las claras perfectamente y las batimos ligeramente con el tenedor, hasta que tengamos una mezcla homogénea y más o menos espumosa. Algo así:
A continuación, comenzamos a batir con la batidora eléctrica, a la velocidad más baja. Mi batidora sólo tiene dos velocidades, así que no hay mucho donde elegir...
Obtendremos una mezcla cremosa. Algo similar a esto:
En este momento es cuando podemos añadir la pizca de sal y, si procede, el azúcar. En mi caso, la receta era de repostería. Lo que hice fue coger dos cucharadas soperas de azúcar y sustraerlas de la cantidad que marcaba la receta.
Comencé a batir con alegría e ilusión, esta vez a la máxima velocidad de la batidora (velocidad 2, "casi ná") y al final obtuve algo como esto:
La prueba "de fuego" para comprobar que las claras están correctamente montadas consiste en darle la vuelta al recipiente. Si se agarran y no se caen, es porque las hemos montado bien. Mirad qué alegría:
Y eso es todo. Ya podéis montar claras a punto de nieve por vuestra cuenta. Espero que os sea útil.
Hasta pronto!!!