Monte da Raposinha 2011. Un vino alentejano

Por Rumbovino @rumbovino
Si es que lo tenemos ahí, a un saltito de río Miño, a ese país precioso y parece mentira..., pero con tantos ires y veniresentre Argentina y España, entre tantos pitos y flautasparece que le hemos estado “bebiendo de espaldas” en todo este tiempo de vida de este nuestro cuaderno de notas.Pues si, estamos hablando del país Luso, de Portugal. Una tierra hermosa como pocas, que vive con pasión y “saudades” todo lo que hace y lo que lleva a cuestas en tradición y cultura, que es simplemente impresionante.Y como todo lo que gestan, pensamos..., el vino tienen que hacerlo sí o sí con ese mismo cariño y escuela, ayudados además por su rica y variada geografía. Entonces. ¿Qué puede salir de aquí? Pues toda esta alquimia tiene que dar como mínimo muchas cosas buenas, claro, y así es. La fama en vinos la tienen por algo.El tema es que como dos buenos paseantes del vino que creemos ser, estamos en deuda con este país tan vecino y tan hermano. Nos falta pasearlo por bodegas y viñedos y es imperdonable no haberlo hecho antes así que, mientras preparamos maleta para una próxima escapada, decidimos abrir boca con un vino de una zona al azar. Y tocó el Alentejo, que no nos queda tan cerquita de Galicia pero está ahí, un poquito más abajo, nada para un Argento acostumbrado a las escalas de los dinosaurios.Contextualizando al vino: El Alentejo es una región del centro-sur portugués y su nombre significa “Más allá del Tajo”, poético ¿Verdad? Una zona con mucho sol y suelos muy variados (graníticos, calcáreos, pizarrosos, mediterráneos pardos y rojos...). Región importante por la producción de corcho, olivos y vides entre otras muchas cosas. Desde luego es una zona con “carácter” y de esta región, de la zona norte alentejana elegimos este vinito de la cosecha 2011 llamado “Monte da Raposinha”como la propia bodega. Corte de castas propias y foráneas. Touriga Nacional, Alicante Bouschet y Syrah (no encontramos proporciones ni datos de la vinificación). 14,5% vol. Precio aprox. 9,50 euros.La vestimenta del vino nos gustó mucho. Pensamos que una buena imagen es el preludio de algo bueno, aunque no siempre sea así, pero sí es cierto invita a pensar que, como mínimo, hay mimo y buena intención en la forma de hacer .En vista vibrante, color rojo-violeta de capa media. Muy brillante y limpio, además de musculosas piernas. En nariz explosivo, nos llamó la atención la expresividad, intensidad y lo bien orquestados que estaban los aromas que eran muchos y bien diferentes. Encontramos frutos rojos y negros, flores, especias y una marcada presencia de notas a cenizas. Una gran nariz. Y en boca bailaban de la misma manera. Muy franco con lo anticipado. Un vino corpulento pero sumamente equilibrado y fresco gracias a esa acidez frutal fina que le daba un porte bien elegante. Regusto delicioso, que invita a seguir bebiendo. Es de esos vinitos que da gusto tomar solos, poco a poco, tras una agradable cena. Así que, como dictaba el César, nos lo fuimos tomando así, despacito..., de vagarinho... como dicen allá. Un muy buen prólogo para ese viaje pendiente, por el Alentejo, por nuestro querido Portugal.

Imagen propiedad de la bodega Monte da Raposinha

Gracias por leernos amigos,Salutes y hasta otra, Rumbovino.